Puede que el gobierno insista con sus loas obreristas. Que alardeen de la “firma” de un supuesto contrato colectivo en la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor) con “los verdaderos trabajadores”. Que griten al país que por fin cesó la “guarimba” en la acería, y que los siderúrgicos, según el gobierno, están felices por la nueva convención.
Puede que el gobierno diga todo eso, pero los sidoristas, los que marcharon hace dos semanas, la plana mayor del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y sus Similares (Sutiss), y los más de 5 mil obreros que firmaron el acta que suscriben, siguen firmes con su postura: “aquí no se ha firmado ningún contrato”.
Esa es la voz que pronuncia al unísono el comité ejecutivo de Sutiss, encabezado por su presidente José Luis Hernández, quien reitera el rechazo de la organización sindical del “madrugonazo” que a su juicio sufrió el sindicato y los trabajadores por cuenta del Gobierno nacional, del Ministerio del Trabajo, de la Gobernación del estado Bolívar y de aquellos dirigentes que “traicionaron” a la masa laboral sidorista al acordar la firma de un contrato “ilegítimo”.
Repite que esta acción no es más que otra forma de intervención del sindicato tanto o más repudiable que la del año 1981, por el hecho de violarse desde los estatutos del sindicato hasta la autonomía sindical consagrada en los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Critican a los siete firmantes del contrato “fraudulento”, especialmente al secretario de organización de Sutiss, José Meléndez, a quien tildan de Judas y de ficha del gobernador del estado Francisco Rangel Gómez. “¿Qué injerencia puede tener un gobernador en la firma de un contrato de Sidor?”, se le pregunta, frente a lo cual responde el secretario de trabajo y reclamo, Leonardo Azocar: “él es quien maneja todos los cupos de cabilla, de hierro, de aluminio, de oro…”.
Respaldo de acero
Pero el reclamo no es solo del comité ejecutivo y del puñado de trabajadores que los rodean. El descontento también es de los más de 5 mil 800 sidoristas que firmaron y sellaron un documento que -anuncian- elevarán a la Inspectoría del Trabajo y a la OIT.
En este los trabajadores precisan tres grandes puntos: la violación del artículo 89 de la Constitución Nacional, especialmente en lo referido a la progresividad de los beneficios laborales; la defensa de Sutiss como institución y sus estatutos; y la convicción de los trabajadores de seguir luchando por sus reivindicaciones.
En esto hace énfasis el secretario general del sindicato, Julio López, quien recalca en nombre de los trabajadores que si hay que parar la planta nuevamente para que se discuta un verdadero contrato están dispuestos a hacerlo; sean cuales fueren las consecuencias. Que si arrancaron la planta hace una semana no fue por tregua, sino para demostrar al ministro de industrias, José David Cabello, que Sidor no podía funcionar en ese estado.
“Esta semana convocaremos a una gran marcha con todos los sindicatos de la zona, porque lo que pasa en Sidor también preocupa a otras empresas. Lo avisaremos con tiempo”, anuncia López.
– Dicen que van a seguir luchando por un verdadero contrato, pero ya pagaron otro adelanto de lo dejado de percibir, que según lo acordado por el otro grupo es de 200 mil bolívares por trabajador. ¿Qué piensan hacer frente a estas medidas que ya están implementando?
– Eso no lo reconocemos -responde Hernández.
– ¿Entonces qué van a hacer? ¿devolver ese dinero?
– (Risas) no, eso no.
Interviene el secretario de trabajo y reclamo, Leonardo Azocar:
– A los trabajadores les decimos que agarren eso, que eso no es clavo caliente, pero que vamos a seguir dando nuestras vidas si es necesario para que discutamos un nuevo contrato.
– ¿Esa actitud de tomar el dinero y rechazar el contrato no daría razones a quienes tildan de ‘lochero’ al movimiento sindical?
– No, porque los locheros son los que se vendieron. Nosotros estamos luchando por los beneficios de los trabajadores -responde Hernández.
– ¿Y eso no es una doble moral?
– No porque ese dinero nos los deben también.
La intervención final queda de parte del secretario general Julio López:
“Está bien que nos paguen ese adelanto de 60 mil bolívares, como el año pasado pagaron 40, pero dejamos claro que no son 200 como negociaron los que traicionaron el movimiento, sino 480 mil bolívares por trabajador, que es lo que estamos exigiendo”.
La lucha del movimiento sindical sigue, aunque el Gobierno nacional y sus acólitos digan lo contrario. Ya Diosdado Cabello, quien sabe con qué investidura, advirtió que quien tranque calles se atendrá a las consecuencias. Por ahora Sutiss no descarta ninguna forma de protesta.
Lamentos de un contrato “vendido”
El comité ejecutivo de Sutiss no duda de que los 7 firmantes del “contrato ilegítimo” vendieron la dignidad de los trabajadores. De eso dan fe al detallar que no solo “entregaron” 10 de las 11 cláusulas económicas que faltaban por discutir -todas ellas con acuerdos por debajo de lo exigido originalmente por el sindicato- sino también otras 7 cláusulas de orden monetario que ya estaban homologadas por la Inspectoría del Trabajo.
Entre estas incluyen: meritocracia, bono nocturno, trabajo en día de descanso o día feriado de remuneración obligatoria, tiempo de viaje, y plan de vivienda. En todas, según el secretario de trabajo y reclamo, Leonardo Azocar, se redujeron los beneficios con excepción de la meritocracia y el tiempo de viaje. (Clavel Rangel, Correo del Orinoco, 24.08.2014)