Un féretro y una procesión es la representación más directa con la que los empleados de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) dibujan la espera por la firma de la convención colectiva.
Se trata de un velorio y también plegarias. Al menos es la escenificación que este miércoles, en los alrededores de la antigua Elebol, personificaron los trabajadores que, desde hace tres semanas, esperan la contrapropuesta del Gobierno a las cláusulas económicas del contrato, en negociación desde hace un año y en mora desde hace otros cinco.
El dirigente del “Equipo Nacional 1” por la convención colectiva, Luis Marcano, también lo resume en una condición: “estamos pasando hambre y nuestros hijos están en riesgo de perder otra talla”.
La protesta es parte de la manifestación silenciosa, pero consecuente, que protagonizan los trabajadores de la industria, sin el consenso de la mayoría de las más de 20 organizaciones sindicales que participan en la Federación de Trabajadores de la Industria Eléctrica (Fetraelec).
Un resumen de esta realidad fue expuesto por otro grupo de empleados ante el Parlamento del Mercado Común del Sur (Parlasur).
La dirigente Norma Torres, del estado Carabobo, aseveró que el personal vive en la miseria y son víctimas de la hambruna.
“No todo lo que dice Motta Domínguez (ministro de Energía Eléctrica) y lo que sale en la página es real”, agregó la representante de la compañía eléctrica durante el foro Desafíos de la Integración Energética del Parlasur.
Correo Del Caroní