madera

Parte del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Forestal (Sintraemfor) está de júbilo. De júbilo porque, entre tantos “motores productivos” de los que habla el Gobierno nacional, el suyo, el motor forestal, también se puso en marcha. Es eso lo que piensan luego de la reunión del sector maderero público y privado con la Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Industria y Comercio entre el 2 y 3 de febrero.

Ahí se anunció la reactivación del sector, pero si algo aclara Cruz Manrique, secretario de trabajo y reclamo del sindicato, es que la pieza fundamental de ese motor son los trabajadores. Y que para los trabajadores puedan reimpulsar la producción –afirma– deben tomarse en cuenta cuatro aspectos fundamentales de su relación contractual: alimentación, salud, vestido y educación.

Cuatro pilares. Cuatro condiciones. Cuatro necesidades que su contrato colectivo, vencido desde hace siete años, no logra cubrir. Así, pues, un trabajador promedio de la planta gana Bs.15.600, y un bono de alimentación de Bs.7 mil. “Eso es lo que gana un analista, que es lo que ganan casi todos porque todavía no se aplica completamente el tabulador”, añade.

Por si esto fuese poco, la renovación del contrato colectivo está aún lejos de darse, pues la directiva del sindicato, vencida desde el 23 de noviembre de 2015, aún no convoca a elecciones: requisito fundamental para iniciar la discusión de las nuevas cláusulas contractuales.

Achacan el retraso y la desmejora salarial a un hombre, el secretario general de Sintraemfor, Jesús Medina. “Él no ha convocado a elecciones porque quiere mantenerse en el poder, y con eso impide que los trabajadores tengamos mejores condiciones, porque no se renueva la directiva ni se discute el contrato”, machacó Manrique.

Salvavidas ministerial

Manrique ve la luz en el túnel de la producción, no así en el de las condiciones contractuales. Por eso, ante la crisis económica que afecta al país, los bajos salarios y las trabas para la nueva discusión del contrato, propone al ministro Pérez Abad un ajuste de salarios, incremento en el bono de alimentación, y la aplicación completa del tabulador.

El dirigente sindical sabe que no es el camino regular para las mejoras laborales, por eso lo asume como una medida de contingencia. Es lo que les queda, pues afirma, hablando de caminos regulares, que el pasado 3 de febrero viajó con una comisión del sindicato hasta el Ministerio del Trabajo para conocer el trámite para iniciar la discusión del contrato colectivo, frente a lo cual consiguió lo establecido en la ley: debe ser un sindicato vigente el que inicie el proceso junto con la empresa.

De ahí la reiteración de su petitorio, como una forma de elevar la calidad de vida del trabajador para que este, con mayor incentivo, lleve al 100% la operatividad de la fábrica que hasta ahora opera al 70% de su capacidad.

Correo del Caroní

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