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¡El salario no alcanza! Es quizás una de las expresiones más recurrentes en cualquier lugar del país. Lo dicen las familias y lo ratifican las cifras del Banco Central de Venezuela y del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Y es que en los últimos años los venezolanos han visto desmejorar sus ingresos frente a una voraz inflación, sucesivas devaluaciones de la moneda y aumentos de sueldos cada vez más limitados para quienes no perciben salario mínimo por los múltiples problemas que enfrenta el aparato productivo.

Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, señala que de acuerdo a las últimas cifras del INE, ofrecidas en 2011, el salario promedio en el país equivale a 1,5 veces el salario mínimo, cifra que ha experimentado una progresiva reducción en 15 años.

«Cuando el chavismo llegó al poder, en el año 1999, el salario promedio estaba prácticamente en cuatro veces el salario mínimo y hoy ha venido reduciéndose a 1,5 veces», dijo.

Tomando en cuenta la remuneración básica actual, de 4.251 bolívares, significaría que el salario promedio nacional oscilaría hoy en 6,376 bolívares aproximadamente. 

Solapamiento salarial

Esta reducción del salario promedio responde a que los ajustes que ha decretado el Ejecutivo se han concentrado en el sueldo mínimo, y no en un aumento general de salarios.

En tal sentido, quienes no están devengan sueldo mínimo o no gozan de contratos colectivos han venido siendo víctimas de un solapamiento de sus remuneraciones. Oliveros precisó que en esta situación se encuentra la mayoría de los empleados, al recordar que, según el Ministerio del Trabajo, solo 42% de la fuerza laboral devenga salario mínimo. «Se supone que el 58% está ganando un salario superior», dijo.

No obstante, devengar mayores salarios en Venezuela no se traduce en mejor calidad de vida. Una investigación que realizó Ecoanalítica evidencia que las remuneraciones de casi todos los sectores económicos en promedio han crecido menos que los precios de la economía. Al citar datos del Banco Central, entre 2002 y 2012 solo las remuneraciones del sector construcción lograron crecer por encima de la inflación y por lo tanto en términos reales, mientras que el sueldo del resto de los sectores no petroleros terminó por contraerse.

Hoy en día, los sueldos del personal más calificado convergen con los del personal no calificado. «Mientras que los salarios del personal no calificado y de aquellos calificados como operarios crecieron 22,4% y 23,5% al año entre 2002 y 2012, los sueldos de los profesionales y técnicos medios lo hicieron a un ritmo de apenas 18,8% y 18,0%, respectivamente», destaca el informe.

Precarización del empleo

El director de Ecoanalítica manifiesta que la naturaleza de la Ley del Trabajo, la problemática inflacionaria, los controles de cambio y de precios, el desempeño de las empresas estatizadas, llevan a una precarización del empleo que se ve reflejada en una caída del poder adquisitivo que sufren los trabajadores. Según cálculos de la firma consultora, este año prevén una caída de 14% del salario promedio y de 10% del sueldo mínimo, con base a una inflación proyectada de 76%.

Otras de las consecuencias de la precarización se verán expresadas en menos ofertas de empleo, aumento de la desocupación y de la informalidad, así como en una acentuada fuga de talentos y elevada pobreza. 

Oliveros abogó por una revisión de las políticas públicas, para paliar los efectos de la crisis que se avecina. (Yaneth Fernández, El Universal, 01.06.14)

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