De brazos caídos se declararon ayer los empleados de Ingeniería Municipal de la Alcaldía de Lagunillas, quienes reclaman el pago de sus pasivos labores. Suman alrededor de 286 trabajadores los afectados. Doce están adscritos al Instituto de la Policía Municipal de Lagunillas (Impol), ocho al mercado municipal y el resto del personal labora en las seis parroquias del municipio costeño en las dependencias del Ejecutivo local y otros sectores.
“Queda paralizado el asfaltado de los sectores, el cementerio, el suministro de agua potable, el achique de pozos sépticos y todo lo referente en materia de servicios públicos”, dijo Maurino Marrufo, secretario general del Sindicato de Obreros.
Desde hace cuatro años presentan el problema. Han solicitado reuniones con el organismo gubernamental competente. Acordaron el pago de la deuda escalonado pero incumplieron la medida. En lo que va de año, se han declarado de brazos caídos unas 10 veces y aún así no les han respondido. “Sólo nos dan pañitos de agua caliente y siguen en lo mismo”.
Les adeudan seis meses de cestatique, cuatro de fideicomisos, los uniformes de los trabajadores y cláusulas de útiles escolares. “A cada trabajador, por escolaridad, nos deben dar 700 bolívares, no es mucho, pero lo necesitamos, ya van a empezar las clases y no le hemos comprado nada a nuestros hijos, tenemos que prestar dinero para poder medio comer”.
En Lagunillas sólo laboran 60 trabajadores adscritos a una cooperativa de servicios públicos que ofrece trabajos al ayuntamiento. “Ellos tampoco reciben un trato justo, los tratan muy mal y les pagan cuando quieren”.
Pésimas condiciones
Maurino Marrufo, secretario general del Sindicato de Obreros, denunció que las condiciones de trabajo tampoco son óptimas. No tienen transporte para trasladar al personal. De tres unidades sólo una funciona, y a medias. “Cuando necesitan transportar a los obreros de la cooperativa nos quitan un camión”.
Inés Contreta, otra de las protestantes, pidió respuestas, de lo contrario, amenazó con mantener la paralización de las labores en la sede de Ingeniería Municipal. “No podemos seguir en esta situación. Si uno trabaja es porque necesita”. (Jolitze Isea García, La Verdad, 28.08.12)