Aunque el actual mandatario nacional proclama con orgullo su condición de Presidente Obrero, el sindicalista Orlando Chirino asegura que el advenimiento de Nicolás Maduro a la Jefatura del Estado ha empeorado gravemente las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera y del movimiento sindical.
En ocasión del 1° de mayo, Día Internacional del Trabajador, Chirino no tiene más que críticas a la gestión de su antiguo compañero de luchas, tornado hoy en Presidente de la República. Pero no evade, y más bien asume autocríticamente, el cuadro de deterioro orgánico y moral que exhibe el sindicalismo.
-¿Cual es la situación real de la clase obrera venezolana?
-Los trabajadores vivimos una grave situación económica, política y social. El salario está totalmente destruido. Durante 14 años no ha habido un solo aumento general y los que ha habido van solo al salario mínimo y han sido dictados unilateralmente por el gobierno. Y desde el punto de vista organizativo, creo no equivocarme al decir que este es el peor momento del movimiento sindical venezolano: una profunda división, dispersión, degradación y degeneración moral y ética.
-¿De cuánta libertad sindical disfrutamos?
-De muy poca. Este gobierno se ha caracterizado por la violación sistemática de las libertades sindicales previstas en la constitución, las leyes y los convenios de la OIT. Además ha corporativizado al movimiento sindical fundando una central tutelada por el fallecido presidente Chávez y ahora por su sucesor y el PSUV.
-¿Cómo ha evolucionado la contratación colectiva en el ámbito público y privado?
-En el sector público prácticamente no existe, salvo donde sin participación de los trabajadores se utiliza a la dirigencia oficialista para refrendar convenios elaborados por el propio gobierno y a su medida. El mejor ejemplo de la no discusión de contratos colectivos públicos está en el convenio marco de la administración pública, que ya acumula 11 años vencido. En cuanto al sector privado, en las empresas donde hay sindicatos electos por los trabajadores se discute normalmente su contratación, porque el ministerio del Trabajo funciona cuando se trata de empresas privadas, no así en el caso del sector público.
-¿Qué cambios han operado en el país con el tránsito de un presidente militar como Hugo Chávez a un presidente obrero como Nicolás Maduro?
-Lamentablemente, tanto el presidente Chávez como Maduro han coincidido en ser violadores sistemáticos de la libertad sindical, del derecho a la contratación, del respeto a la autonomía e independencia de los sindicatos, al derecho a la huelga. Si comparamos entre los dos, tengo que decir con hechos concretos que Maduro ha profundizado la violación de los derechos y libertades sindicales, con elementos graves como la criminalización de la protesta, la militarización, la participación del Sebín para enfrentar las legítimas acciones del movimiento sindical. A esta hora hay no menos de 10 sindicalistas presos, entre ellos tres de Sidor, uno de Ferrominera, varios de Civenchi, y no menos de 100 trabajadores bajo régimen de presentación. Los cambios con Maduro han sido para peor, puesto que no hay espacio para ejercer los derechos sindicales elementales.
-¿Nada que reconocerle a Maduro y al gobierno en materia laboral?
-Como siempre puede haber algunas cosas positivas, como por ejemplo el pago oportuno de las pensiones del Seguro Social, pero en lo fundamental ha habido un profundo retroceso en materia sindical, en condiciones de vida de los trabajadores y en sus derechos colectivos.
-¿La creación del Consejo de Gobierno de la Clase Obrera puede elevar el papel del movimiento sindical en la toma de decisiones del Estado y en mejorar la calidad de vida de los trabajadores?
-Si la intención era positiva, ha terminado frustrada por intereses del PSUV y de la cúpula gobernante. Nosotros cuestionamos la metodología y el objetivo con los cuales el presidente Maduro creó este organismo. Somos defensores del derecho de los trabajadores y los sectores populares a constituir instituciones autónomas, no partidizadas, para producir grandes cambios, donde no se discrimine a ningún sector y que los voceros y sus propuestas provengan de un verdadero ejercicio del debate democrático.
-¿Qué utilidad ha tenido el cambio de nombre del Ministerio del Trabajo por Ministerio del Proceso Social del Trabajo?
-Ninguna. Su único efecto fue el cambio del logotipo y de la papelería del ministerio.
Urgente refundación
-¿Qué papel debe jugar el sindicalismo frente a la caída de la producción, la escasez, el acaparamiento y la especulación?
-El sindicalismo democrático, autónomo, plural, independiente, jugaría un gran papel en la reactivación económica, pero para eso se requiere la urgente refundación del movimiento sindical, donde los trabajadores sean quienes en definitiva elijan a su dirigencia en una organización genuinamente representativa de sus intereses. Hoy la Superintendencia de Precios Justos, las llamadas milicias obreras, los llamados colectivos, son instrumentos de contención social para evitar las luchas de los trabajadores y el pueblo que enfrenta la escasez y la especulación.
-¿Si existe tanto malestar por qué no hay protestas masivas del movimiento obrero?
-Muy sencillo: el gobierno ha logrado meterle miedo al pueblo, aparte de que es evidente que organismos como la Fiscalía, Inspectorías del Trabajo, Defensoría del Pueblo, están absolutamente subordinados al Poder Ejecutivo. Y además, por el terrible obstáculo que significa el franco deterioro orgánico del movimiento, lo cual no significa que los trabajadores no estén movilizándose. El Observatorio de Conflictividad Social reseñó el año pasado más de 6 mil conflictos sociales, de los cuales más de 4 mil eran laborales.
-¿Si todos los sindicatos dicen representar los mismos intereses de clase por qué hay tanta dispersión y división sindical?
-La verdad es que el movimiento sindical ha perdido su vocación unitaria, solidaria y autónoma, y lamentablemente ha crecido como nunca la corrupción, la extorsión, el sicariato, los intereses personales, la mercantilización de cuadros sindicales, la exagerada partidización, el tutelaje del gobierno y la penetración del hamponato en los asuntos sindicales,
-¿Qué hace el sindicalismo para depurarse de la partidización y la corrupción sindical?
-Durante los últimos años ha habido intentos muy importantes para ir saneando y fortaleciendo al movimiento sindical, con sus avances y sus retrocesos. Hay que diferenciar entre las cúpulas de federaciones y confederaciones con relación al proceso de lucha de los trabajadores en sus organizaciones de base y allí estamos trabajando para rescatar el carácter autónomo, independiente, democrático, ético del movimiento sindical.
Coriano, sindicalista y trotskista
Chirino, quien fuera uno de los más prominentes líderes sindicales de la llamada revolución bolivariana, rompió con el chavismo en el 2007, cuando el presidente Hugo Chávez intentó fallidamente la reforma de 69 artículos de la Constitución Nacional. Esta posición divergente dio pie a su despido de PDVSA, empresa para cuyo rescate había jugado un papel estelar en los tiempos del paro petrolero (2002-2003).
Nacido en Coro, estado Falcón, el 11 de junio de 1949, exhibe un largo historial de luchas políticas y sociales. Actualmente es coordinador nacional de la Corriente Clasista, Unitaria, Revolucionaria y Autónoma (C-Cura) y dirigente del Partido Socialismo y Libertad, de orientación trotskista, del cual fue candidato presidencial en el año 2012. (Mario Villegas, Quinto Dia)