De 1000 trabajadores que había hace casi un año en las obras de la línea 2 del Metro de Valencia quedan 16 en labores de mantenimiento y 86 luchando por sus derechos, el resto fueron despedidos o renunciaron, desde la paralización de este proyecto del Gobierno Nacional.
La contratista Ghella, encargada de la obra, alega que el Ejecutivo les debe 300 millones de dólares. Mientras que el Ministerio de Trabajo no ha respondido a las denuncias interpuestas por los trabajadores por despidos injustificados.
Cronología de la paralización
“Los problemas comenzaron en el mes de septiembre”, expresaron los trabajadores. Ese mes la Línea 2 del Metro contaba con 1000 trabajadores directos y más de 600 indirectos. Pero muchos de éstos fueron saliendo, pues el contrato se les venció y no hubo renovaron.
En septiembre de 2009, la excavación fue suspendida y con ella el desarrollo de las estaciones. Dos meses después, la construcción de la Línea 2 del Metro de Valencia se había parado. Más de 500 personas quedaron sin trabajo.
Para finales de diciembre 2009 quedaban 145 trabajadores y para el 23 de mayo eran 116 los que recibieron el último depósito de su sueldo.
En 2010, sólo 16 continúan como trabajadores activos. Los mismos se encargan de hacer los trabajos de mantenimiento en los tramos que van desde la Cámara de Comercio hasta la Redoma de Guaparo.
Acciones sindicales
José Torres, representante del sindicato, comenta que luego de varias diligencias ante los organismos e instituciones correspondientes, la empresa se reunió con los trabajadores, a quienes les propuso un “arreglo”, que no satisfizo sus peticiones.
Desde la paralización de la obra lo único que han escuchado los trabajadores es: “no hay recursos para darle continuidad al proyecto”. Hasta los momentos ningún representante oficial se ha reunido con ellos para darles una explicación.
“Nadie asume la responsabilidad de lo que ocurre con el Metro de Valencia y todo lo que escuchamos son puras suposiciones. No hay recursos para darle continuidad al proyecto Para una obra de esta envergadura el que tendría la vocería oficial sería el ministro de Transporte y Comunicaciones o el mismo Presidente de la República”, sentencia Torres.
Al no contar con ingresos mensuales, estos trabajadores han tenido que buscar otra forma de ganarse la vida. Muchos de ellos son taxistas, mientras que los que no tienen vehículo buscan trabajos de pocos días en cualquier contratista.
Entre ellos siempre se escucha el rumor que la empresa Ghella no continuará con el trabajo y que vendrá otra. “Lo que pensamos es que la empresa lo que quiere es liquidar a estos trabajadores que siempre denunciaron las irregularidades dentro de la compañía, y empezar la obra con empleados nuevos a quienes puedan explotar”, exclama José Torres.
Torres asegura que existe una irresponsabilidad por parte de los entes del Estado, quienes son los que deben pronunciarse. “Si le van a quitar la obra a la empresa que se la quiten, y si le van a dar la orden de arranque, dénsela; pero la obra no puede seguir parada”.
Dos trabajadores activos del Metro, quienes no se identificaron por su seguridad, afirmaron que aunque les están pagando su sueldo, no han cumplido con los aumentos establecidos en la contratación colectiva. “Nosotros no hemos escuchado nada sobre cuándo se reiniciará el proyecto”.
Denuncian además la venta del material de construcción para las obras del ferrocarril que se están ejecutado en el estado. “Los gandolas vienen y salen con el material hasta Guacara”, aseguraron, (El Carabobeño, 12.08.10).