El proceso de expropiación de la Siderúrgica del Turbio (Sidetur) puede extenderse hasta dos años -como en el caso de Matesi y el resto de las empresas briqueteras. Conscientes de ello, los trabajadores de Planta Casima exigen a los patronos privados agilizar la discusión del contrato colectivo vencido en julio de 2010.
Los manifestantes marcharon por la avenida Angosturita pidiendo al ente ministerial que deje el “saboteo”. “El Ministerio del Trabajo se ha puesto del lado patronal para impedir que los trabajadores de Casima obtengamos los beneficios de un nuevo contrato y la discusión de un pliego”, manifestó el secretario general de Sutrasosicays, Alejandro Álvarez.
Los trabajadores comenzaron la operación morrocoy en el despacho de palanquillas a las plantas ubicadas en el resto del país. De 50 gandolas que se despachaban diariamente se ha restringido a un máximo de 10, según informaron los transportistas.
Los gandoleros piden a los trabajadores tomar en cuenta su condición pues su remuneración económica depende de los viajes que realizan. Algunos de los conductores están desde el martes 11 de enero esperando salir de Matanzas.
Al respecto, Álvarez informó que continuarán radicalizando las acciones y que el jueves 20 de enero harán la toma de la Inspectoría del Trabajo para exigir a la coordinación regional la agilización de la discusión.
El dirigente explicó que a pesar de que sobre la empresa hay una medida de expropiación forzosa, el ánimo del Gobierno es realizar un proceso de negociación “conciliatorio”. Ese proceso, según Álvarez, ya comenzó pero podrá extenderse -dadas las experiencias vecinas- hasta dos años.
En su opinión, como el Ejecutivo aún no ha tomado el control de la fábrica quien debe discutir contrato son los patronos actuales. En ese sentido exhortó a los Machado Zuloaga y específicamente a la diputada María Corina Machado, familiar de los propietarios, acercarse y otorgarle la justicia que se merecen los trabajadores. (CorreodelCaroní; 18.01.2011)