Concentración frente a la FGR para exigir Justicia

Si bien Venezuela empezó tarde su camino hacia el control de armas, municiones y desarme, esto le da la ventaja de que puede tomar como referencias las experiencias de campañas de desarme de varios países de la región para no cometer los mismos errores 

El refrán señala que quien no oye consejo no llega a viejo… y por eso, la Comisión Presidencial para el Control de Armas Municiones y Desarme, instancia que tiene como misión impulsar el diseño, construcción e implementación de una política pública integral sobre el control de armas, municiones y desarme en nuestro país, organizó un seminario internacional para escuchar a especialistas locales e internacionales, estudiosos del tema de la violencia asociada a las armas de fuego, responsables de estrategias exitosas de desarme, legisladores y funcionarios del Estado venezolano. El objetivo: aprender de la experiencia de otros y otras e ir tomando datos para luego construir con la participación de todos y todas las que hacemos vida en este país, una política que, a la venezolana, ayude a controlar las armas. En este seminario que se realizó el pasado 26 y 27 de enero participaron, entre otras personalidades, Antonio Rangel Bandeira, quien es sociólogo, profesor en la Universidad de Chile, Canadá, Portugal y Brasil, Coordinador de Movilización de la actual campaña de desarme voluntario y Coordinador del Programa de Control de Armas de la organización no gubernamental (ONG) Viva Río. Brasil y Venezuela comparten similitudes respecto de la situación de violencia y el descontrol con respecto a las armas de fuego y municiones. Veámoslas entonces.

Así fue

Antonio Rangel Bandeira señala que en el año 2003, Brasil aparecía, en números absolutos, como uno de los países donde más gente se moría por armas de fuegos. “Teníamos 106 muertos por día. Si contrastamos esta cifra con países como Gran Bretaña, donde el número de fallecidos por armas de fuego es 83 por año, nos damos cuenta de lo que significa la cifra que manejábamos”. Añade Rangel que todo esto se apoyaba en un trabajo policial que era heredero de una política militar basada en la represión. “¿Y quiénes eran las víctimas de esa violencia? Los pobres, los negros, las minorías sexuales, mujeres: los sectores más vulnerables de la sociedad brasileña”.

Cambiar la realidad

Según cifras del Ministerio de Justicia brasileño, para el año 2010, hubo 34.300 muertes por armas de fuego, lo que implicó una disminución del 18% (lo que equivale a 5 mil personas menos) si lo comparamos con el año 2003, apunta el profesor Rangel. Para lograr esto, la primera medida que adoptaron en Brasil fue el cambio de la Ley de Armas, con la promulgación del Estatuto del Desarme en 2003, que vino después de una movilización popular, liderada por las ONG y las iglesias, que presionó al Parlamento a aprobar una ley avanzada. Destaca que esta ley prohibió el porte de armas por civiles, se aumentó la edad mínima para compra de armas a 25 años, se incorporaron 15 exigencias para la compra de armas, entre ellas una prueba psicológica y una prueba de manejo de arma; se centralizó la información sobre armamento en un banco nacional de datos y se marcó la munición vendida a la policía y a las Fuerzas Armadas.

Anteriormente, señala Antonio Rangel Bandeira, la ONG Viva Rio, investigó las verdaderas causas que incidían en la criminalidad, así como dónde estaban las armas, quién las tenía, cómo entraban las armas (legales e ilegales), en qué punto salían del mercado legal y entran al ilegal. Datos que fueron utilizados para propiciar un debate nacional, apoyado por los medios de comunicación, donde se cuestionaron los mitos de las armas. Asimismo, se realizaron campañas voluntarias de canje de armas con la participación de la sociedad civil, principalmente iglesias, ONG, sindicatos, la iglesia masona, asambleas legislativas etc. Esto llevó a que se entregasen y destruyesen 459.855 armas entre 2004 y 2005. Al final de la campaña de entrega voluntaria de armas, en octubre de 2005, se realizó en Brasil un referendo para prohibir la venta de armas para civiles; lamentablemente, el 64% de los electores votaron en contra la prohibición del comercio de armas. Acatando la voluntad popular, el gobierno brasileño decidió realizar una campaña de legalización de armas. Así, en 2008 y 2009, el gobierno, con apoyo de las armerías, clubes de tiro y asociaciones defensoras del uso de armas por civiles, y con el apoyo de Viva Rio, registró 1.408.285 armas, un buen inicio para un universo de armas ilegales en manos de no-criminales estimado en 4 millones de armas. Después vinieron medidas como el control de arsenales de la policía y el marcaje de municiones para cuerpos de policía y militares.

Mirada al caso venezolano

El sociólogo señala que si bien Venezuela empezó tarde su camino hacia el control de armas municiones y desarme, esto le da la ventaja de que puede tomar como referencias las experiencias de campañas de desarme de varios países de la región para no cometer los mismos errores. Asimismo, valoró como positivo el impulso que dado por el Estado venezolano a este tema, lo que se evidencia con la creación y apoyo a la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme. Finalmente, reconoció que es muy innovadora la experiencia venezolana que se ha dado con la creación de la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad (UNES), ya que Brasil no cuenta con una institución como ésta.

“El tráfico de armas y municiones es un fenómeno supranacional, lo que exige una agenda compatible, que además ultrapase el nacionalismo estrecho y las pequeñas rivalidades entre países. Intercambio de información es la expresión clave; además la implementación efectiva de los acuerdos ya firmados, el perfeccionamiento de las leyes nacionales de control, la unificación de los órganos nacionales de control de armas, la construcción de bancos de datos con calidad y la centralización de la información sobre armas y municiones…” Antonio Rangel Bandeira

 

Latinoamérica: Una misma realidad

Señala el coordinador del Programa de Control de Armas de la ONG Viva Río, Antonio Rangel Bandeira, que la violencia no es un problema exclusivo de Brasil, pues América Latina y el Caribe son unas de las regiones más violentas del mundo: “Somos 13% de la población, pero tenemos el 42% de los homicidios del mundo. Eso nos hizo reflexionar…”. Hay dos aspectos en común en los países latinoamericanos que explican las causas de la violencia urbana:

1.- La proliferación de armas de fuego en manos de la sociedad, descontrol, falta de fiscalización.

2.- Precarización de las policías: bajos salarios, policías mal entrenados, con una fuerte dosis de racismo, brutalidad y corrupción policial, acota el experto

Una respuesta

  • En realidad, yo cumpli, -desde hace mas de 20 años- con todos los pasos y procesos para optar a un porte de armas, incluso, en este ultimo periodo, con examenes medicos (perfil 20) donde me exigieron una muestra de «heses» (debe ser para saber que clase de heces soy), curso de manejo de armas y hasta me regalaron un instructivo muy completo, que incluia todos los articulos relacionados con el tema de la legitima defensa y uso de armas. Ahora bien, aun asi, quieren cohartar mi derecho a la «legitima defensa» eliminando el porte a civiles, claro esta entonces, que si me atracan, seria un policia o militar porque son los «UNICOS» que portarian armas! digo yo… acaso creen que soy bobo o que?? Que garanticen primero que a los «pranes» de las carceles no tienen armas, celulares ni objetos contundentes o filosos,, y despues, me ponen un policia nacional que cuide a mis niñas, no importa si es recien graduado, yo lo entreno con tecnicas estandar internacionales de manejo de situaciones dificiles y uso de fuerza, y bueno, que mas, guardo mi revolvito o lo fundo para hacerme una cadenita de adorno!

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