Provea transcribe el mensaje enviado por el dirigente sindical de Ferrominera, Rubén González, privado de su libertad desde el pasado mes de agosto por haber apoyado una paralización de actividades por demandas laborales, lo que constituye una grave violación de los derechos humanos en la política de criminalización de la protesta adelantada por el gobierno nacional:
«Primeramente quiero darle gracias a Dios y reivindicar la palabra que nos dice: “porque Dios no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, amor y dominio propio ya que todo lo que le sucede a los hijos de Dios es para bien y no para mal, por tal razón y aun bajo las circunstancias que me encuentro privado de libertad, quiero hacerle llegar un mensaje de lealtad, lucha, constancia y compromiso social a todos los trabajadores de FMO que depositaron su confianza en mí y me eligieron como su secretario general para representarles todos sus beneficios y derechos adquiridos plasmados en una convención colectiva donde el patrono día a día ha venido cercenando estos derechos y con ellos llevando a los trabajadores a un deterioro progresivo de su estatus socioeconómico, motivo por el cual el 1 de mayo reivindicamos las luchas que dieron aquellos trabajadores en el año 1889 en la ciudad de Chicago por la reducción de la jornada y la eliminación de la maquila; que es la explotación del hombre por el hombre y podemos decir en estos momentos, sin lugar a dudas, que la problemática e inquietudes laborales serán escuchadas y solucionadas si los trabajadores, y en especial sus dirigentes que conforman las centrales, confederaciones, sindicatos y organizaciones estén unidos entre sí procurando por encima de todo el bien común, y no buscando dividendos personales, partidistas o de grupos que al final redundan en el perjuicio de todos los trabajadores.
No deseo terminar estas palabras sin agradecer a mi familia por ese irrestricto respaldo que me ha brindado en todo momento, a todos los dirigentes sindicales de Guayana, Venezuela y el mundo, así como a los trabajadores, medios de comunicación, amas de casa, desempleados y el colectivo en general, que se han hecho eco de esta injusticia, pero -como un día dijo nuestro padre de la patria Simón Bolívar- ‘Dios es testigo de la pureza de mis intenciones, sólo la posteridad será bastante grande para hacerme justicia”.
Que tristeza que tengamos que pasar un 1ero de Mayo Día del trabajador sabiendo que este compañero esta tras las rejas injustamente. Preso por defender nuestros derechos, preso por protestar.
Que tristeza que tengamos que pasar un 1ero de Mayo en silencio ante el sicariato de Jerry Díaz y tantos otros asesinados por defender nuestros derechos.
No hay nada que celebrar el 1ero de mayo sigue siendo un día triste para los hombres y mujeres de este país.