A un mes de que el presidente Nicolás Maduro anunciara la reestructuración de Abastos Bicentenario para convertirlo en un centro de acopio, los trabajadores denuncian irregularidades en el cumplimiento de la contratación colectiva como medida para presionar el retiro de los empleados.
Desde el 17 de febrero, el personal de Abastos Bicentenario se mantiene bajo ataque del gobierno. El anuncio del jefe de Estado los tomó por sorpresa, en medio de un operativo anticorrupción que ha permitido hasta ahora la detención de más de 50 personas vinculadas al desvío de mercancías de la red de distribución del Estado hacia el sector privado, según distintos voceros oficiales.
Las 12 organizaciones sindicales de la cadena estatal están de acuerdo con la decisión de acabar con la corrupción a la que responsabilizan del deteriorio de la empresa, pero piden participación para gestionarla bajo la figura del control obrero.
Cierre de establecimientos con el pretexto de una remodelación y la prohibición de abrir las tiendas los días domingo, siguieron a la medida de reestructuración de la cadena. Pero el 10 de marzo conocieron de la existencia de una “cajita feliz”.
Mientras los trabajadores deciden aceptar o no las condiciones que el gobierno ofrece para que se retiren “de manera voluntaria”, la empresa utiliza mecanismos de presión.
La gerencia de la empresa ha venido vulnerando los derechos contractuales de los trabajadores con una serie de acciones que perjudican el ingreso y beneficios alcanzados a través de la convención colectiva.
Jorge Luis Lastra, vicepresidente de la Federación de Sindicatos de la Red de Abastos Bicentenario (Fetracomercio), pide que se respeten los derechos laborales de más de 8 mil trabajadores. “Los derechos son irrenunciables”, dice para informar que en algunos Abastos Bicentenario del país se eliminó el turno de la noche (8:00 pm A 05:00 am) y con ello el bono nocturno que percibían, lo que desmejora el paquete laboral.
Además, al personal de la noche es obligado a trabajar en el día, precisa Lastra, quien añade que el servicio de transporte que mantenían por convención colectiva en Charallave, también fue eliminado.
Red de Abastos Bicentenario contrató una empresa externa para hacer contraloría, pero algunos trabajadores temerosos se han negado a llenar las planillas con la data que les piden y la gerencia optó como represalia no cancelarles la quincena, como ocurrió con esta semana con el personal de la red en el estado Zulia.
Lastra señala que no se puede jugar con el salario del trabajador y que se trata de prácticas de presión del gobierno para que los empleados se retiren de la empresa como parte del proceso de reestructuración.
De esta manera la gerencia simplifica nómina para luego ubicar a la población flotante en lo que serán los centros de acopio. “Hay mucho personal desmotivado”, dice Lastra.
El dirigente sindical dijo que hay trabajadores que están en la empresa desde que era Maxy’s y con el cambio de dueños terminó siendo Éxito, cadena expropiada por el presidente Hugo Chávez en 2010 y que desde entonces pasó a ser Abastos Bicentenario.
De acuerdo con Lastra, el 1º de abril Bicentenario debe entregar los locales que están bajo alquiler, entre estos el de Palo Verde, al este de Caracas.
Buena parte de los establecimientos se convertirán en centros de acopio -el ubicado en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco, en Chuao, será el piloto- y otros en tiendas por departamento, afirma Lastra.