El debate sobre el reconocimiento de los derechos de las personas homosexuales parece invisible en Venezuela. ¿Cree al país tan fieramente conservador como para haber impedido el abordaje público del tema?
-La base de un Estado democrático -y Venezuela lo es – reside en el reconocimiento de los mismos derechos para mayorías y minorías. Esto quiere decir que, independientemente de la opinión mayoritaria, el mandato constitucional ordena la inclusión de las personas homosexuales.
-¿Pero quién le hace caso a tal mandato? Los políticos de ambos bandos desean fervientemente contar con los votos de la comunidad homosexual, lesbiana, bisexual y transgénero pero no se atreven, ni de lejos, a mencionar su problemática en público.
-Eso es cierto porque el problema de la cultura política venezolana es que ha excluído ciertos temas polémicos del debate público, lo cual ha impedido una discusión asertiva de ellos y se usan sólo coyunturalmente en temporada electoral para atacar al contrincante político.
-¿No ve ningún tipo de disposición en los Comandos de Hugo Chávez y Henrique Capriles para tratar el tema?
-El Comando Carabobo del presidente Chávez ha incluido algunas menciones sobre la participación de la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual y Transgénero (Lgbti) en la construcción de la sociedad socialista. De hecho, varias leyes vigentes los protegen de toda discriminación: la ley del Poder Popular, la nueva Ley Orgánica del Trabajo, la ley sobre arrendamiento de viviendas y la ley del sistema bancario. Inicialmente, en los lineamientos de la MUD apareció reflejada una voluntad política de iniciar el debate público. El comando de Capriles nombró a Tamara Adrián, reconocida activista lesbiana, como Coordinadora Nacional de los grupos vulnerables que incluyen, entre otros, a los colectivos Lgbti.
-Usted parece favorecer una discusión pública sobre la discriminación legal que padecen las personas homosexuales. Pero es común oir decir a los venezolanos que el problema de la homosexualidad es un asunto privado. ¿Por qué debe debatirse públicamente?
-Porque no es un problema privado sino político y ético. Me explico: se producen discriminaciones que generan efectos nocivos a una parte de la población y la hacen vulnerable, no sólo ante la violencia, sino también ante la posibilidad cierta de perder su salud, su integridad física, moral, psicológica y hasta su propia vida. En este sentido, todos los mecanismos internacionales de derechos humanos han urgido a los Estados a tomar medidas dirigidas al respeto de la dignidad humana del colectivo Lgbti.
-Entonces ¿Qué es lo que frena la voluntad política para declarar en la Constitución la prohibición de la discriminación por orientación sexual?
-Los políticos no lo hacen por ignorancia y por miedo. Además, no es en la Constitución donde hay que incluir la protección a las personas homosexuales, es en las leyes ordinarias, comenzando, por ejemplo, con la ley orgánica del registro civil para permitir la protección efectiva de los derechos de las parejas del mismo sexo.
-Pero si la Constitución no prohíbe expresamente la discriminación por orientación sexual ¿cómo pedírsela a las leyes derivadas de ella?
-La sentencia 190 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, del 28 de febrero de 2008, expresa la protección constitucional frente a este tipo de discriminación, aunque no esté expresamente declarada en el texto. El artículo 22 de la Constitución ordena muy claramente proteger cualquier derecho y que no se excuse la desprotección por el hecho de que no aparezca en la carta magna. Nuestra Constitución es progresiva porque fue prácticamente calcada de los estándares internacionales de derechos humanos aprobados en la conferencia de Viena en 1993. Y en esos estándares está incluída la obligación de los Estados de defender todos los derechos humanos -aunque no aparezcan citados en los tratados.
-Hay voceros revolucionarios que arguyen que en el período chavista no ha habido mayor reconocimiento de los derechos de las personas homosexuales porque todavía no ha habido un movimiento social que los impulse con fuerza desde las bases de la sociedad venezolana. ¿Cree usted correcto ese enfoque?
-No. Me parece cínico que se diga eso porque la primera obligación del Estado es no solamente proteger sino promover la protección de los derechos humanos. Imaginemos, por ejemplo, que los tribunales o la policía digan que no van a actuar hasta que los movimientos sociales que representan a las víctimas de la violencia los presionen para que actúen en ese sentido.
-Considerando al bando opositor, a la opinión pública le podría parecer contradictorio y, en definitiva, falso, su interés por la protección de los homosexuales, habida cuenta de que este mismo bando está respaldado por los sectores más conservadores de la iglesia católica, que consideran a la homosexualidad como pecado, anomalía personal y desadaptación social ¿Juzgaría usted oportunista tal posición del Comando opositor?
-En ciertos casos, podría ser así. Recordemos que el oportunismo no es exclusivo de un solo sector. En el liderazgo de la oposición hay personas como María Corina Machado que ha mostrado una actitud abierta y de apoyo a las demandas de los Lgbti. Ella fue la única diputada que nos acompañó el 17 de mayo en el día mundial contra la homofobia, a las puertas de la Asamblea. De hecho, me consta que un representante de la iglesia católica llamó a un líder del comando opositor expresándole su preocupación por la posibilidad de la protección legal a los homosexuales, y aquel le sugirió entonces votar por el gobierno.
-Pero el gobierno no postula la discriminación a los homosexuales. ¿Por qué habría de votar por Chávez?
-Precisamente, la respuesta la dio en esos términos para significarle que la MUD no actuaría bajo presión para negarle derechos a ningún grupo vulnerable.
-¿Los homosexuales pueden decidir el 7 de octubre?
-Tanto como cualquier otro grupo social. Los homosexuales, históricamente, se han expresado preferentemente a través de la abstención porque nunca, hasta hoy, han escuchado una oferta política que los incluya.
-¿El candidato que apoye públicamente la concesión de derechos a los homosexuales perderá?
-No creo. En los últimos 10 años esa no ha sido la realidad en el resto del mundo. Cristina Fernández apostó fuertemente por la inclusión y ganó. Todos los diputados que votaron a favor del matrimonio civil igualitario en Argentina fueron reelectos. La gente va a votar por quien la incluya, no por el que excluya a otros.
-Entonces va a ganar Chávez, porque se vende como el campeón de la inclusión.
-Eso se verá.
De perfil
– Lo primero que José Ramón Merentes Correa destaca sobre sí mismo es su experiencia de 22 años como facilitador en temas de derechos humanos de las mujeres, diversidad sexual, comunicación y negociación asertiva, diagnóstico y desarrollo comunitario, entre otros.
– También se presenta como el coordinador de Unión Afirmativa, la única Organización No Gubernamental de minorías sexuales que -acota – ha conseguido una decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre derechos de este grupo social.
– Es politólogo, egresado en 1994 de la Universidad de los Andes, con especialización en Derecho de las Mujeres, de la Universidad de Lund (Suecia, 1995). Actualmente cursa la especialización en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
– Integró el grupo asesor del Centro de Estudios de la Mujer para la Reforma de la Ley sobre Violencia contra la Mujer y la Familia.
– Su labor docente la ha desarrollado como profesor del Instituto Universitario de Profesiones Gerenciales, la Universidad Metropolitana y la Unefa; y como facilitador del programa “Derechos Humanos para funcionarios policiales”.
Porcentaje decisivo
José Ramón Merentes trata de acercarse lo más que puede a un número de homosexuales, lesbianas, bisexuales y transgéneros en Venezuela, y prefiere adherirse al cálculo hecho por el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela (Cippsv) que estima la cifra en 3 millones.
“El sexólogo Rubén Hernández habla de 17% de población Lgbti en nuestro país, agrega el coordinador nacional de la ONG Unión Afirmativa (UA).
Fíjate que nosotros, en 2005, hicimos un levantamiento electrónico, a través del blog de Unión Afirmativa, para determinar cuantas parejas estaban interesadas en la protección legal de sus derechos y registramos alrededor de 25 mil parejas de hecho del mismo sexo”.
Puesto en el caso de proyectar cuan decisivos pueden ser los homosexuales para el 7 de octubre, día de las elecciones, afirmó que “actualmente, un 3% del padrón electoral ( alrededor de 570 mil electores) puede ser homosexual, lesbiana, bisexual o transgénero”. (Igor Molina, El Tiempo, 20.08.12)