A pesar de que el abuso policial está penado por el Código Orgánico Procesal Penal. La negligencia y hasta cierto punto la complicidad hacen que los casos de abuso policial y militar se disparen a lo largo y ancho del país.

Cuando se trata de personas que poseen un cargo policial y/o militar y portan armas de fuego, los derechos humanos de las víctimas que son más vulnerables son vida, integridad personal y libertad personal. Por lo que el temor a denunciar se hace presente en la mayoría de los casos; el silencio es el principal cómplice.

Según cifras aportadas por la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, desde el 2006 el cuerpo policial con más denuncias por abuso en contra de la ciudadanía es la Cuerpo de Investigación Penales y Criminalísticas (Cicpc). Además, un nuevo delito se hace común entre los funcionarios policiales para el año 2007: la tortura.

Al mejor estilo de las películas de acción, los funcionarios encierran sus víctimas y juegan con sus mentes hasta que confiesen los delitos por los cuales se les acusa.

Preocupación

La defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, expresó durante una conferencia que dictó en Cartagena, República de Colombia que los delitos mas preocupantes que se presentan en el territorio nacional y específicamente en el estado Zulia, son los secuestros y el abuso policial. (La Verdad de Maracaibo, 09.07.10, Pág. 9)

Abusos en el país

Los cuerpos policiales más denunciados por abuso de poder y tortura son CICPC,
Disip (actual Sebin), Dirección de Inteligencia Militar. Además de las policías
Metropolitana, Miranda y Caracas.

Durante el 2010, en el Zulia 73 personas han muerto en presuntos enfrentamientos.
En el 2010 se contabilizaron 170 víctimas por esta razó.

Para el 2008 fueron abatidas 86 personas. En el 2007, 66 personas fueron abatidas en
enfrentamientos. En el 2005 el totla de muertes en enfrentamiento fue de 26.

En lo que va de año Polisur es la institución que ha reportado mayor número
de enfrentamientos, sólo en un mes nueve personas fueron ultimadas por miembros
de sus filas

Fuente: La Verdad de Maracaibo

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