En esta fecha, con la premura que identifica a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), cuando se trata de difamar al gobierno Bolivariano de Venezuela, el miembro de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, Paulo Sergio Pinheiro y su relatora para la libertad de expresión, emitieron un comunicado para complacer una vez más a los incurables golpistas, representantes de la dictadura mediática venezolana y de la ultraderecha interamericana.
El señor Pinheiro es el mismo curioso personaje que en repetidas ocasiones ha banalizado las protestas diplomáticas venezolanas ante la descomposición creciente de la CIDH, causada en buena parte por la interferencia continua de una mafia de burócratas internacionales de los derechos humanos, promovida y financiada por la American University de Washington DC, infiltrada en el sistema interamericano con la complicidad de sus más altas autoridades. También es el mismo que el año pasado, interpelado por el Agente del Estado venezolano para los Derechos Humanos sobre la conducta maliciosa de la CIDH hacia Venezuela, frente a las cámaras de tv y de manera descompuesta gritó algo así como «¡yo no soy Dios para estar dando explicaciones! ( ? )»…
La CIDH es la institución que a partir de 1989 y durante cerca de seis años eludió la consideración del caso del «Caracazo» ocurrido en Venezuela el 27 y 28 de febrero de ese año, que sigue siendo hasta hoy la mayor masacre masiva y simultanea en nuestro hemisferio desde el nacimiento de la OEA. También reconoció al «gobierno » golpista que derrocó al presidente Hugo Chávez en el 2002 y desestimó la matanza de indígenas cometidas en «el alto», Bolivia, por el represivo gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada. Es la misma que en el 2009 desatendió el mandato de la Asamblea General de la OEA reunida en Medellín en el 2008, para celebrar una sesión solemne en la sede de la OEA, en conmemoración del sexagésimo aniversario de la declaración universal de los derechos humanos.
Con ese comunicado se coloca a la CIDH del lado de quienes por iniciativa privada de la dictadura mediática decidieron censurar un mensaje del Jefe del Estado venezolano, en violación de las normas que en Venezuela como en todo sistema democrático, regulan el funcionamiento de los medios de comunicación social; situación nada sorprendente para quienes sabemos que los actuales directivos de la televisora golpista RCTV, liderizaron el silenciamiento y censura en todos los medios privados, a partir de 1984 y hasta su muerte en el 2007, de un ex presidente venezolano que «osó» prohibir la publicidad de licores y cigarrillos en radio y tv.
Llama la atención que cada vez que el gobierno democrático de Venezuela aplica la ley a quienes antes compraban su inmunidad e impunidad con dinero, apoyo político y chantajes, la CIDH, en violación recurrente de sus propias normas reciba y se pronuncie sobre denuncias politizadas sin esperar el agotamiento de las debidas instancias internas. En ese sentido, el señor Paulo Sergio Pinheiro, quien asumió hoy el papel de vocero de la CIDH, continúa sirviendo bien a sus tutores en esta capital. También continúa contribuyendo a hacer cada día más irrelevante a la Organización de los Estados Americanos…
Misión de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos
Washington D.C., enero 24 del 2010.