Falta de recursos, limitación de atribuciones y cuestionamiento a su autonomía. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos espera, con la designación de su nuevo secretario ejecutivo, recuperar prestancia y fortalecer sus mandatos.
La CIDH se dispone a anunciar la lista de los cinco aspirantes finales a su secretaría ejecutiva que será presentada ante la Asamblea General de la OEA a celebrarse, esta vez, en Cochabamba (Bolivia) este fin de semana. El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo días atrás que el nuevo jefe de la CIDH será designado sin ningún tipo de presiones externas y así lo esperan también los defensores de los derechos humanos en la región.
El mal llamado fortalecimiento
“Hay muchas cosas que han venido manejándose en este proceso de reforma o mal llamado fortalecimiento de la CIDH”, sostiene Ligia Bolívar del centro de Derechos Humanos Andrés Bello de la Universidad Católica de Venezuela. “Mal llamado, porque ha sido un proceso impulsado por algunos estados suponiendo que se dará mayor capacidad de reacción a la CIDH. Sin embargo lo que se ha venido haciendo es lo contrario”.
Según Bolívar se pretende reglamentar una gran cantidad de las atribuciones y de las formas de trabajo de la Comisión y “en la medida que el trabajo de la Comisión se limite a la reglamentación, se va a perder la flexibilidad que caracteriza a la Comisión para poder enfrentar situaciones difíciles de predecir”.
El rol de Venezuela
El hecho de que algunos países hayan anunciado querer retirarse de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como es el caso de Venezuela, también la han debilitado, según afirman los analistas.
Al respecto, Bolívar dice que el anuncio de Venezuela se viene formalizando y es algo que el presidente Chávez ha venido diciendo desde 2010. “Es una coincidencia quizás no fortuita. En todo caso, lo de Venezuela es un elemento que se agrega a un proceso que va más allá y que tiene que ver con una serie de países que se sienten incómodos con el hecho de que la Comisión tenga una labor de vigilancia y que esté observando la situación de sus países”.
Hay que recordar que también Venezuela figuró una vez más, junto a Colombia, Cuba y Honduras, en una llamada “lista negra” del informe anual que la CIDH elabora sobre países que no cumplen estándares básicos de derechos humanos, especialmente vinculados con la libertad de expresión.
Bolívar prefiere no llamarle “lista negra”, sino la lista de países a quienes se les llama la atención por situaciones particularmente preocupantes, lo cual está establecido en las normas de trabajo de la Comisión. “La reacción de Venezuela siempre ha sido la misma, de descalificar el informe por las fuentes de información, sin recordar que el informe es enviado previamente al Estado para que éste opine sobre los contenidos del mismo y esas respuestas de los estados también son incorporadas, como en efecto lo fueron en el caso venezolano”.
Más que liderazgo, presupuesto
En este momento, el Consejo de Europa dedica cerca del 40 por ciento de su presupuesto a derechos humanos, indica Bolívar. “Los estados de América dedican un 6 por ciento del presupuesto de la OEA a los derechos humanos. El rol más activo de los estados es para intervenir, para bloquear, para demorar, para distorsionar las funciones de la Comisión. Nosotros lo que queremos es un rol más activo en cuanto al fortalecimiento real de la Comisión”.
De ahí que sea decisiva la selección, el próximo fin de semana, del tipo de liderazgo que necesita hoy en día la nueva secretaría ejecutiva de la CIDH. “Un liderazgo que sea capaz de llevar a cabo todas esas cosas que el secretario general quiere y que algunos estados quieren, sin descuidar su función fundamental, que es la protección de los derechos humanos”.
Para el mes de julio se espera el nombramiento del nuevo secretario ejecutivo que reemplazará al actual, Santiago Cantón. Actualmente la CIDH está integrada por jueces de Chile, Argentina, Uruguay, Perú, República Dominicana, Jamaica y Costa Rica. (Anna Rosales, RNW, 01.06.12)