Concentración frente a la FGR para exigir Justicia

Entre las secuelas psicológicas más frecuentes se encuentran: el miedo, ansiedad y angustia, dificultad para dormir, pesadillas, sentimiento de rabia e impotencia, cambios en los hábitos alimenticios, estado de hipervigilancia permanente, ideas persecutorias, irritabilidad, pensamiento recurrente del evento de tortura, tristeza, desmotivación y depresión

El 07 de agosto de 2006, funcionarios de la Policía Metropolitana detuvieron y torturaron a Yean Manuel Mijares. Lo estaban acusando por el robo de un vehículo que pertenecía a uno de los policías. Yean Manuel recibió distintas formas de tortura: lo golpearon y patearon en distintas partes de su cuerpo, le colocaron electricidad, le pusieron una bolsa plástica sobre su cabeza para asfixiarle, le rociaron su rostro con una sustancia tóxica, le colocaron un arma de fuego en su boca, le vendaron los ojos, lo “ruletearon”, lo insultaron y lo amenazaron de muerte. Todo para que confesara dónde estaba el carro que se había robado. La inocencia de Yean Manuel fue comprobada y un tribunal le dio la libertad plena; pero lo que no le dieron nuevamente fue la opción de olvidar lo sucedido. Hoy en día, Yean Manuel y su familia aún padecen los efectos psicológicos de la tortura. Este hombre, su familia y hasta sus vecinos fueron afectados de alguna u otra manera por este hecho de violencia, convirtiéndose en víctimas. Según la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder (ONU, 1985), las víctimas son aquellas personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de violaciones de los derechos humanos. De esta manera, las personas directamente afectadas, sus familias y comunidades, también son consideradas víctimas.

Según la Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder (ONU, 1985), las víctimas son aquellas personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños, lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de violaciones de los derechos humanos. De esta manera, las personas directamente afectadas, sus familias y comunidades, también son consideradas víctimas.

Secuelas en las víctimas de tortura

Las secuelas pueden ser múltiples y su manifestación depende de los métodos empleados, su intensidad y duración, y el estado físico y psicológico previo de la víctima. ***** Entre las secuelas físicas están: contusiones, dolores musculares, hematomas, heridas, neuralgias, cicatrices, excoriaciones, cefaleas, heridas, fracturas, quemaduras, disminución de la agudeza auditiva, perforación y/o hemorragia del tímpano, mareos, vómitos, visión borrosa, esguinces, impotencia funcional, dolor abdominal, problemas del sistema respiratorio, dolor e inflamación en testículos, etc. “(…) mis manos quedaron delgadas, demasiado delgadas. La tortura me provocó físicamente cuestiones en los brazos, me quedé en incapacidad dos años y pico, casi dos años y pico…”. José Francisco Matheus, torturado por la Policía del Zulia, en el año 2000.

***** Entre las secuelas psicológicas más frecuentes se encuentran: el miedo, ansiedad y angustia, dificultad para dormir, pesadillas, sentimiento de rabia e impotencia, cambios en los hábitos alimenticios, estado de hipervigilancia permanente, ideas persecutorias, irritabilidad, pensamiento recurrente del evento de tortura, tristeza, desmotivación y depresión.

“(…) perdí sensibilidad con el tema de la risa o a una cosquilla. Madeleine, mi hija mayor, suele tocarme la espalda y hacerme cosquillas y ahora reacciono de otra manera, no reacciono a las cosquillas, a la felicidad de que es una cosquilla o una caricia, sino que quiero que no me toque más así porque es que la reacción es de golpe y siento temor cuando me tocan las costillas o es un tic nervioso; o sea, no permito que me toquen las costillas porque yo recibí muchos golpes en las costillas y cualquier ligera caricia creo que es un golpe”. Joham Castillo, torturado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), en el 2006.

***** Algunas de las secuelas sociales de la tortura son: Abandono y/o pérdida del trabajo, aislamiento social, separación del núcleo familiar, rechazo y burla social, abandono de la vivienda. “Como no pudo ir a trabajar durante muchos días lo botaron del trabajo empeorando de esta manera su angustia y su situación de indefensión…”, relato de una víctima de tortura tomado por la Doctora Fiorella Perrone, Integrante del Programa de Atención Integral Personas Víctimas de la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.

¿Qué debes hacer si eres víctima tortura?

Siempre debes buscar ayuda y atención profesional, porque las víctimas de violaciones de los derechos humanos generalmente presentan múltiples secuelas físicas, psicológicas y sociales que las afectan profundamente y les impiden tener una adecuada calidad de vida. Es por ello, que necesitan ayuda y tratamiento. No sólo tratamiento médico para mejorar los síntomas y heridas que les pueda haber causado los maltratos y torturas recibidos, sino también atención psicológica y social para ayudarlas a superar los profundos traumas que dejan este tipo de hechos. Además, debes plantearte el hacer una denuncia de lo sucedido ante las autoridades correspondientes, puesto que solo así podrán aplicar los correctivos necesarios y sancionar a los o las responsables de tales hechos. El silencio es parte del problema. La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz mediante su Programa de Atención Integral a Personas Víctimas gratuitamente presta atención médica, psicológica y social a aquellas personas que han sido víctimas de violaciones a sus derechos humanos y a sus familiares, y además los acompaña en todo el proceso de denuncia ante la Fiscalía y los otros órganos de administración de justica. Igualmente puedes asistir al Centro de Salud más cercano a su domicilio, sea un Consultorio Popular, un Ambulatorio o un Hospital; allí encontrarás médicos, enfermeras, trabajadores sociales que te pueden tratar las lesiones causadas por la tortura y ayudarte a recuperar la salud perdida.

Fuentes consultadas

* Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, Desde el dolor y la resistencia: Voces de la tortura, Caracas, 2012, pp73.

* Las Víctimas de Tortura y sus secuelas Grita Contra La Tortura: Denuncia, Fiorella Perrone.

* 26 de junio: Día Internacional de Solidaridad con las Víctimas de la Tortura, Diana González Mendoza.

* Red de Apoyo por la Justicia y la Paz, Informes sobre la práctica de tortura en Venezuela 2003-2007, mayo 2008.

En 1997 la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó el 26 de Junio como Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, para la erradicación de tan repugnante práctica que atenta contra los derechos humanos y la dignidad de la humanidad XXXXXXXXXXdespiece Impunidad genera mayores traumas

Muchas veces la impunidad y la ineficiencia del sistema de administración de justicia producen una re-traumatización en las víctimas. La falta de sanción a los responsables hace que, por un lado, las heridas ocasionadas por la tortura no terminen de sanar, sosteniendo en el tiempo las secuelas, y por otro, se genere la aparición de nuevos sufrimientos

Algunas de las secuelas sociales de la tortura son: Abandono y/o pérdida del trabajo, aislamiento social, separación del núcleo familiar, rechazo y burla social, abandono de la vivienda

www.redapoyo.org.ve 8 [email protected] (La Voz, 11.06.12)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *