La Fuerza Armada tiene órdenes de evitar más desmanes en el Alto Apure por parte de grupos irregulares de Colombia y Venezuela. «El teatro de operaciones Nº 1 cuenta con el apoyo del alto mando militar para asegurar y proteger la soberanía», revelaron fuentes castrenses, al explicar por qué ahora repelen a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y la Fuerza Bolivariana de Liberación, si antes eran más permisivos.

Aseveraron que el pasado martes en la reserva forestal San Camilo, en Boca del Río Viejo, ocurrió un enfrentamiento entre el 923 Batallón de Caribes Sucre y «un grupo de delincuentes» y no una masacre, como señalan los frentes campesinos Simón Bolívar y Ezequiel Zamora.

«El coronel Ángel Saldeño ha tenido conflictos porque le piden poner orden. Hay un gobierno paralelo: la FBL, los Elenos y la FARC, que quieren el control del territorio por las vacunas. La FAN detecta a los narcos, pero los irregulares protegen la ruta de las drogas.

No es fácil. La FBL recibió entrenamiento militar del ELN en la primera etapa, luego en explosivos con la ETA en la zona», indicaron.

El giro de Hugo Chávez en la frontera es atribuido a la nueva política internacional hacia Colombia: «Los irregulares causan problemas a Chávez y afectan el acuerdo con Juan Manuel Santos. Es una situación incómoda porque la guerrilla recibió apoyo de Venezuela pasa usar el territorio como aliviadero o zona de refugio, y esa información compromete al Gobierno que en su afán por evitar un juicio en la Corte Internacional de La Haya cambió la política diplomática», expresaron.

Informes militares describen cómo la FBL o «Boliches», y los frentes campesinos son apoyados por el alcalde de Guasdualito, José Alvarado, pero es criticado por el alcalde metropolitano del Alto Apure, Jorge Rodríguez, padre del director del Sebin, Manuel Rodríguez Torres.

Similitud con El Amparo. Al coordinador de Provea, Marino Alvarado, le llamó la atención que los reclamos partieran de los frentes campesinos.

«El Frente Zamora acusa a la FAN de una ejecución militar y dicen que ellos conocían a las personas muertas y que éstas no estaban en actos vandálicos ni con grupos irregulares. El caso se parece a lo que se conoció como `La masacre de El Amparo’. La primera versión fue ofrecida por el Ministerio de la Defensa y se refería a un enfrentamiento con guerrilleros; luego, vinieron los relatos de los campesinos. Igual pasó con El Amparo», dijo.

Alvarado señaló otra similitud: hay tres sobrevivientes, que es clave para resolver el caso. «Que el reclamo parta del PSUV, que se atrevan a denunciarlo, le da credibilidad.

Si es como lo denuncian, sería una ejecución militar. Ellos niegan el enfrentamiento y dicen que fueron detenidos y luego golpeados».

El 29 de octubre de 1988, en el gobierno de Jaime Lusinchi, un grupo de 16 personas, residentes en El Amparo, preparaban en las riberas del río Arauca un almuerzo cuando fueron atacados con ametralladoras y granadas. Los heridos fueron rematados con tiros de gracia. La verdad se conoció por dos sobrevivientes: Willmer Gregorio Pinilla y José Augusto Arias.

Provea recoge en un informe del año 2006 la muerte de 8 personas, entre ellos dos niños, en una finca en el Alto Apure que sigue el mismo patrón. El Ministerio de Interior informó de un enfrentamiento el 20 de julio de 2006 con guerrilleros, en el cual murieron Jennifer Chacón (24), Jenny Maribel Pabón (20), Fernando Edwin Díaz, Ovidio Lizarazu, Pedro Moreno (41), Flor María Lizarazu (32), Jhon Eider Moreno (6) y Andrés Felipe Moreno Lizarazu (9). Dos niñas de 4 y 12 años sobrevivieron.

La ejecución se atribuyó a un soldado, lo que despertó la curiosidad debido a la cantidad de personas asesinadas. El soldado estaba en el Batallón «Sucre» del TO Nº 1 y, en una carta escrita a Provea aseguró que se trató de una «misión secreta» que fue comandada por dos oficiales con participación de otros soldados.

En abril de 2005, el Frente Campesino Esequiel Zamora denunció la detención arbitraria de cinco campesinos y el posterior asesinado de uno de ellos. (Hernán Lugo-Galicia, El Nacional, 28.11.11)

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