La Red de Apoyo por la Justicia y la Paz manifiesta su repudio a la decisión del Congreso de la República de Paraguay, el cual a través de un cuestionado juicio político destituyó al presidente constitucional de esa nación hermana, Fernando Lugo, desarrollando dicho proceso con una premura exagerada, de dudosa transparencia y sin respetar ni generar las garantías necesarias para el debido proceso; todo lo cual permite afirmar que se está en presencia de un golpe de Estado encubierto bajo formalismos jurídicos.
Calificamos como lamentables los sucesos ocurridos durante el desalojo violento en la localidad de Curuguaty, situación ante la cual se corresponde ordenar una investigación imparcial para determinar las responsabilidades a que haya lugar, garantizando justicia y reparación para las víctimas de tan lamentable hecho de violencia. No obstante, se direccionó toda la institucionalidad parlamentaria contra el Jefe de Estado, lo cual evidencia que la decisión del parlamento de llevar a juicio al Presidente Lugo tiene una intencionalidad de manipulación política que ha puesto en riesgo el hilo constitucional, lo cual vulnera la democracia en Paraguay y afecta a la comunidad Latinoamericana toda.
Este quiebre de la institucionalidad democrática, lejos de resolver los problemas de violencia suscitados, complejiza aún más la situación y deja en estado de indefensión a la inmensa mayoría de la población, tanto en la zona del conflicto como en el resto del país.
Este golpe de Estado constituye un ataque contra el estado de derecho y de justicia que se está intentando construir con mucho esfuerzo en toda la región y nos retrotrae necesariamente a las situaciones vividas en Honduras y Ecuador en años recientes, cuando sectores reaccionarios y antidemocráticos intentaron (con éxito en Honduras, no así en Ecuador) hacerse con el poder por vías similares a las que hoy se utilizaron en Paraguay.
Desde la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz manifestamos nuestra total solidaridad con el pueblo paraguayo, con las organizaciones y movimientos sociales que en aquel país inician la resistencia contra este nuevo ataque a la democracia latinoamericana y a su Presidente Constitucional. De igual modo apoyamos la acción ya iniciada por las autoridades de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y los emprendimientos que a nivel diplomático se adelantan para que el golpe de estado institucionalizado no avance y pueda ser revertido.