Un grupo de educadoras realizó en Catia un estudio Epidemiológico sobre Violencia Doméstica, con elementos psicosociales de las mujeres maltratadas y talleres de sensibilización y capacitación para la comunidad y profesionales de ayuda. Esto fue en el año 1992, y provocó la creación de la Fundación para la Prevención de la Violencia Doméstica hacia la Mujer, brindándole apoyo a la Casa de la Mujer del municipio Libertador, indica su fundadora Ofelia Álvarez. 

A través de los teléfonos que se encuentran en la página web de Fundamujer y por los medios electrónicos, las mujeres pueden comunicarse para hablar de su problema y bajar un poco la tensión, y así otorgan la información necesaria, «nunca nos habíamos planteado esto, pero parece que funciona», señala Álvarez.

Hombres se han acercado hasta esta ONG porque creen que esa conducta es la normal, derivada de lo que vieron en sus hogares. En todos los casos que Fundamujer ha atendido hasta el mes de junio está presente la agresión psicológica

Fundamujer organizó un directorio para el Área Metropolitana de Caracas y Avesa realizó uno a nivel nacional, aunque para Álvarez esta tarea debería ser realizada por el Estado, pero en la realidad no es así, por lo tanto las ONG se han dedicado a esta labor, «debemos darle información a la gente, a dónde pueden acudir y qué hacer».

Hasta el mes de junio en Fundamujer han atendido a 180 mujeres aproximadamente por teléfono y 48 por correo electrónico, en 2012. En todos los casos hay violencia psicológica y familiar, en la mitad de los casos hay violencia física. Igualmente hay casos de acoso, entre ellos de seguimiento físico o por medios electrónicos y en las tres cuartas partes de los casos hay violencia patrimonial.

Álvarez señala que hay hombres maltratadores que llaman a Fundamujer porque desean cambiar, porque las familias los rechazan o la esposa denunció o respondió con violencia, «muchas veces no saben qué les está pasando porque esa es la educación que recibieron y les parece normal».

En Fundamujer cuentan con un grupo de colaboradoras a las cuales les refieren los casos de estos hombres, aunque Ofelia Álvarez señala que no todas las organizaciones están abiertas hacia personas del género masculino, «pero la intención es ver si se puede hacer algo a partir del que produce la violencia. La prevención es lo más importante».

Los primeros indicios de violencia se producen en el noviazgo, comenzando con lo psicológico, con chistes descalificatorios, prohibir hacer algo, las críticas constantes. Actualmente con los medios electrónicos, leer el correo, los mensajes de texto.

Igualmente el saber dónde está la pareja todo el tiempo es un indicativo de violencia, «esto de que yo te llevo, te traigo, aunque pueda ser agradable, ahí hay un deseo de control». 

También están los primeros golpes tipo caricias, el intento de dar una cachetada o algún golpe, esos gestos son muestras de violencia. Álvarez señala que estas situaciones van en escalada, en la medida que se naturalice, «no se trata de que lo hagan y el otro lo permita porque ahí estaríamos culpando a la mujer y no se trata de eso». (Saraí Coscojuela, Tal Cual, 04.07.12)

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