La conformación de frentes y comités de solidaridad son respuestas democráticas a un sistema opresor
En Venezuela se protesta mucho, pero quienes lo hacen no ven a otros que protestan a los lados
Desde febrero de este año la represión y criminalización a manifestantes han sido sistemáticas.
Violaciones masivas e individualizadas de derechos humanos, con cientos de personas asesinadas, heridas, detenidas, con juicios abiertos, allanamientos a líderes sociales y políticos, sin dejar pasar las graves denuncias de torturas a estudiantes universitarios, y que tiene a la comunidad internacional de derechos humanos con la mirada puesta en Venezuela.
Violación sistemática
Después de hacer un seguimiento diario a la situación del país podemos afirmar luego de tres meses de protestas que las violaciones de derechos humanos a manifestantes son sistemáticas y cada vez más masivas.
Todos los poderes del Estado están alineados con el partido de gobierno para anular cualquier expresión de crítica o de rechazo a las políticas, así esa crítica venga de sus propios simpatizantes.
Ante la ausencia de independencia de poderes y de instituciones que apoyen a los menos favorecidos y a las víctimas, los ciudadanos se encuentran en un absoluto desamparo.
Impunidad metódica
La semana pasada la defensora del pueblo, Gabriela Ramírez, afirmó que en Venezuela no hay personas detenidas por participar en manifestaciones pacíficas, negando de plano la situación que describimos anteriormente: todos hemos sido testigos de detenciones de todo tipo, incluyendo detenciones masivas y de menores de edad.
¿Cómo ésta funcionaria puede llegar a esa conclusión? ¿Por qué mentir en frente del mundo entero que sigue el desarrollo de la crisis social y política de nuestro país?.
Lamentablemente así son los funcionarios y poderes públicos que tenemos -padecemos- en Venezuela: favorecen la impunidad y la falta de justicia.
Organizarse contra la impunidad y el olvido
Como ocurrió en el pasado con casos de violaciones de derechos humanos como en El Caracazo o las masacres de El Amparo, Yumare y Cantaura, cuando los poderes de ese entonces se alinearon para cubrir con un manto de impunidad a los responsables de esos crímenes, la historia se repite, observamos las mismas prácticas y de nuevo podemos decir que no hay justicia.
Hace unas décadas a esas víctimas y familiares solo les quedó la opción de organizarse y batallar en contra de un sistema que no garantizaba sus derechos.
Así nacieron distintos grupos y comités y hoy en día muchos siguen vigentes, trabajando y acompañando a los ciudadanos. COFAVIC es el ejemplo más emblemático.
Hoy se repite la historia
Más de 20 años después, víctimas y familiares continúan organizándose para buscar justicia. La impunidad sigue tan campante y las violaciones a derechos se han multiplicado en lo social, en lo económico y en lo político.
Recientemente se han conformado el Comité de Solidaridad por la Libertad de los Presos Políticos, el Frente de Madres Venezolanas, y el Frente Nacional por la Liberación de los Estudiantes y Presos Políticos (FNLEPP).
Un objetivo común: exigir justicia en los casos de todos los jóvenes que han sido asesinados, heridos, maltratados y torturados por manifestar, y la libertad de quienes se encuentran privados de libertad algunos de ellos en cárceles militares o de alta peligrosidad-.
Estas iniciativas de la sociedad civil organizada merecen todo nuestro apoyo y respaldo porque son respuestas democráticas a un sistema de opresión y totalitarismo que se va instaurando en Venezuela.
Más protestas
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y Conflictove vienen haciendo un registro diario y metódico de la conflictividad en Venezuela.
Las informaciones que se recaban, alimentan bases de datos del OVCS y sustentan los balances e informes que da a conocer.
Estos datos permiten inferir varias cosas:
· La conflictividad en Venezuela viene en aumento.
· Las causas por las que más se protesta en Venezuela, a pesar del boom del tema político en los últimos meses, son sociales en su mayoría, aunque también es cierto que la represión se hace presente, últimamente, en las manifestaciones políticas.
· La criminalización de la protesta, tan en boga en los últimos tiempos, no comenzó ahora: casi tres mil personas han sido sometidas a procedimientos judiciales en los últimos años por protestar antes de febrero.
· La gran mayoría de los que han sufrido represalias antes de estos días, son dirigentes sindicales y sociales que protestaban y muchos de ellos militan o militaban en el momento de la protesta y detención, en las filas del llamado oficialismo.
· No hay conexión entre las llamadas protestas estudiantiles o las de origen político con las de contenido social que, parece, van en aumento.
@MarcoAPonce y @mlhccs