Una de las señales de que la violencia anda suelta por el mundo de la mano de la violación de los derechos humanos y la impunidad, la tenemos con la conformación de incalculabes comités de madres, – sin contar las organizaciones de DDHH – para exigir que se haga justicia con sus hijos e hijas a causa de su desaparición, secuestro, por robo de bebés, de niñas y niños, y asesinato. Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo son siempre una dolorosa referencia de una época envilecida por la intolerancia y criminalidad de la dictadura militar argentina en contraposición a su poderoso testimonio de valentía y entereza maternal y política, que aún hoy día siguen luchando, sin tregua.
Los comités de apoyo a las víctimas se constituyen a partir de la desgracia, para desafiar la impunidad que les está reservada si no se emprende la tarea del activismo en derechos humanos, ante el escamoteo de la justicia, la prepotencia y complicidad del poder. «Lograr justicia para mi hija es mi única posibilidad de resistir tanto sufrimiento, es la manera de poder seguir viviendo», es el testimonio de una mujer mexicana, de Ciudad Juárez, «una zona de negra leyenda conocida como Campo Algodonero», que lucha incansablemente para encontrar a su hija desaparecida, ante la indiferencia gubernamental. Después de 12 años de lucha, no ha encontrado todavía a su hija, pero ha contribuido para que aparecieran otras hijas.
Como es deseable que ocurra, y así pasa, los comités se amplían con otros/as grupos de familiares, amistades, activistas y artistas, como el caso de Antonio Banderas que se comprometió con los feminicidios mexicanos a través de una película, Ciudad de Silencio, protagonizada junto a Jennifer López, en la que se denunciaba esa impunidad de los agresores y la posible implicación de gente poderosa. Se forman redes que se fortalecen en la solidaridad activa para sumarse a la firme convicción de no renunciar al derecho a conocer la verdad, a que se haga justicia y a la reparación del daño ocasionado, aunque les lleve toda la vida.
Nos llega la noticia de la periodista Vanessa Moreno Losada de El Nacional sobre la constitución del Comité de Familiares de Víctimas por Ajusticiamiento, apoyado psicológica y jurídicamente por la ONG de Derechos Humanos Cofavic. Dicho comité unió a diez madres caraqueñas – en el sentimiento de indignación y deseos de justicia -que aseveran que sus hijos fueron asesinados por funcionarios de distintos cuerpos policiales en ejecuciones extrajudiciales realizadas durante supuestos procedimientos : “Queremos que estas muertes por presuntos enfrentamientos no queden impunes. Estos funcionarios no pueden estar imponiendo la pena de muerte, porque en Venezuela ese castigo no existe”.
LAURA BONAPARTE
Fue un emblema de los movimientos de derechos humanos. Sufrió la desaparición de tres hijos, dos yernos y el padre de sus hijos y fue una de las precursoras de la campaña internacional para que se declarara delito de lesa humanidad a la desaparición forzada de personas. Murió en junio de este año.
La vida de Bonaparte, miembra de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, fue relatada por la periodista francesa Claude Mary en «Laura Bonaparte. Una Madre de Plaza de Mayo contra el olvido». (2010)
En uno de los capítulos del libro de Mary, se abordó el hecho de pasar de ser madre a ser “madre del desaparecido”:
«¿Qué queda de la identidad de una madre cuando sus hijos desaparecen? Algunas tuvieron el dolor de padecer la desaparición de todos sus hijos. Es el caso de René Epelbaum, fallecida sin nunca haber sabido algo del destino de sus tres hijos secuestrados.
¿Puede desaparecer la genealogía? En mi caso, ¿me considero madre porque Luis está vivo? Pero ¿cuál es mi papel de madre con respecto a mis otros hijos desaparecidos? Quiero que me entiendan bien, estoy hablando de una función materna, y no de la lucha que llevaré hasta mis últimos días para aportar mi testimonio, para intentar saber cuál fue el destino de mis hijos y el de los treinta mil desaparecidos.
Sé que cuesta mucho escucharlo, pero no hay madre si no viven más el hijo o la hija.
Es el/la hijo/a quien significa a la madre. La madre cuyos hijos desaparecieron se encuentra expulsada del significante. Se vuelve el espectro de lo que ha sido. Se la llama “madre del desaparecido” en un lenguaje que la nombra al mismo tiempo que la despoja. Un lenguaje que borra lo que fue y la nombra por lo que ya no es.
Es el motivo por el cual hablo de la crueldad que esos canallas han incrustado hasta en el lenguaje.
Recuperar nuestra capacidad de pensar en medio de tanta brutalidad quiere decir recuperar nuestra dignidad.
Quisiera que estas palabras lleguen a las mujeres que en todo el mundo están viviendo situaciones parecidas a las nuestras. El surgimiento del movimiento de las Madres de Plaza de Mayo, su fenomenal continuidad hasta hoy en día no se deben a heroicas cualidades propias, de nosotras, madres argentinas.«
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-222921-2013-06-23.html
NUESTRO MUNDO
AMNISTÍA INTERNACIONAL : Cada minuto conocemos un nuevo caso en algún rincón del mundo en el que una persona ve violados sus derechos humanos. Durante el año 2012, 112 países torturaron a sus ciudadanos. 101 países reprimieron el derecho de su ciudadanía a la libertad de expresión y 21 estados ejecutaron a personas.
CON ESPERANZA Y DETERMINACIÓN
Liz tiene 16 años, y cuando volvía caminando del funeral de su abuelo, 6 hombres la atacaron y se turnaron para violarla. Cuando acabaron la lanzaron inconsciente a una letrina de 6 metros de profundidad. ¿Qué cómo les han castigado? La policía les obligó a cortar el césped de la comisaría antes de dejarlos en libertad.
Esta deplorable historia ha afectado a gran parte de la población de Kenia y tanto los políticos como la policía están siendo presionados para dar una respuesta. Para las organizaciones defensoras de las mujeres la única manera de conseguir cambios reales es poner al Gobierno en el punto de mira de la comunidad internacional. «Nos están pidiendo que intervengamos para que se haga justicia, y que el tormento de Liz se convierta en un punto de inflexión dentro de la plaga de violaciones «.
que asola a Kenia”.
Liz se ha quedado en silla de ruedas a raíz de la agresión sufrida. Según su madre los violadores de su hija siguen merodeado alrededor de su casa para burlarse de la familia. Actúan como si estuvieran por encima de la ley, y tienen buenas razones para creerlo. Debido a una serie de requisitos burocráticos, la policía registró el ataque a Liz como un simple asalto, y le pidió a su madre que “la limpiara”, destruyendo así evidencias forenses clave.
La historia de Liz es un ejemplo extremo de un problema mucho más grande. En Kenia, dos tercios de las niñas y la mitad de los niños que acuden a la escuela han sufrido algún tipo de abuso sexual.
«La violación es ilegal en todas partes, pero demasiado a menudo los hombres encargados de proteger a nuestras hijas no ponen las leyes en marcha.» La policía denuncia que no tienen ni el dinero ni la formación que necesitan para hacer cumplir la ley. Pero no se necesita demasiada preparación para saber que en un caso de violación, no se puede castigar a los culpables a cortar el césped. Si conseguimos que tanto los violadores como los policías rindan cuentas, podemos sentar un precedente que obligue a la policía a tratar las violaciones como delitos graves y no como pequeñas faltas.
Nadie ha sido llevado aún ante la justicia, ni los violadores ni los policías.
El link es para que firmes y Liz obtenga justicia. Ayuda a acabar la guerra contra las niñas:
http://www.avaaz.org/es/justice_for_liz_loc/?bHGEsab&v=30671
Para información y denuncias
Línea nacional (O8OO-MUJERES) 0800-6853737
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Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” – Maracay
(Fundada en 1985)
Programa de Atención a Mujeres en situación de violencia
De lunes a jueves de 8 a 12 y de 1 a 5 p.m.
Viernes de 8 a 12 y de 1 a 4 p.m.
CEDIAR -Centro de Documentación e Información “Aída Arroyo”.
Servicios: lunes a jueves de 1,30 a 5 pm –
Directorio: Órgano Divulgativo de la Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” C/ López Aveledo Norte No. 11. Urb. Calicanto. Aptdo. Correos 2028. Telefax. 0243- 2463796 Correo E: [email protected] .
No. 861 Año XXIII 6 /11/2013