Muchas preguntas nos rondan ante el pesar que nos causa el fallecimiento de mujeres de distintas edades y condiciones económicas, activas, profesionales, inteligentes, “en la flor de sus vidas “que se someten a cirugías o a intervenciones corporales y tratamientos en clínicas o en establecimientos de belleza. ¿Qué decimos ante este flagelo nacional que parece una trampa para mujeres?
No es que los riesgos sean los mismos en manos de medic@s y profesionales acreditados en las especialidades ofertadas, que en manos de personas inexpertas y de pocos escrúpulos que falsifican títulos y certificados para poder actuar como profesionales. No se trata de eso en esta interrogación. Se trata más bien de preguntarse qué mueve a las mujeres a someterse a distintas intervenciones y tratamientos con o sin garantías, a pesar de la difusión de los casos de mala praxis con daños irreversibles y en otros casos la muerte. Ni siquiera el efecto causado por los biopolímeros, ha logrado frenar su aplicación a pesar de la prohibición, probablemente poco categórica y de la campaña por parte de las afectadas.
Centrarse en el gran malestar con el propio cuerpo pudiera ser el motor principal para tomar decisiones. Sabemos que muchas mujeres se someten a intervenciones quirúrgicas con el afán de que se cumpla la promesa mágica de que su “autoestima” crecerá y su día a día será más confortable y prometedor . Los llamados que se hacen para que cada quien aprenda a verse con buenos ojos sin la necesidad de los espejos de los modelos impuestos, son pocos y es además un propósito dificultoso en nuestra sociedad con índices de superficialidad notables , sobrevaloración del aspecto físico , publicidad atosigante y una industria que mueve miles de millones de bolívares.
La reflexión debería ubicarse en la vulnerabilidad de las personas, independientemente de la formación académica, ante el discurso predominante, difundido por todos los medios existentes. La sociedad debiera medir el efecto del discurso en las niñas y adolescentes, las futuras clientas de los servicios médicos o estéticos que ofician soluciones de vida a través de la belleza, aprovechándose de la inconformidad creada frente al cuerpo perfecto de la otra, y en función del otro.
TODO VA BIEN …
Hoy día se considera que quienes solicitan cirugías plásticas son personas libres y autónomas. La aceptación social, la naturalidad con se practican y se deciden nos permite aseverar que se trata de un acto de libertad. La entrada al quirófano por razones estéticas puede ser vista como un acto de glamur y una subida de estatus casi envidiable. Pero si miramos bien, en las motivaciones de hoy para someterse a una intervención estética, podemos descubrir casi las mismas que prevalecían y prevalecen en las realizadas “primitivamente” en diversas culturas para satisfacer cánones de belleza, identidad y cumplir con el orden social, en el que se inserta la construcción de género. Sólo tenemos que añadirle la variante del mercado, con su valor descomunal.
De todas formas, ¿a quién le importa la manera en que las elecciones de las mujeres se hayan formado? ¿Las decisiones, el deseo de modificarse, mejorarse el cuerpo están principalmente impulsadas y condicionadas por la lógica del mercado? ¿Y cuál es el espacio para reflexionar sobre este asunto en el país de “las mujeres más bellas del mundo”? Nunca ha importado demasiado saber qué pasa. Y si miramos como se deciden otros aspectos, por ejemplo, la maternidad, le añadiremos otra pregunta más…
ABORTO NO PUNIBLE
Tras un proceso parlamentario que demoró cinco años, la legislatura argentina aprobó en marzo una ley que despenaliza el aborto en casos de violación o riesgo para la salud de la madre, incluidas las de mujeres mentalmente sanas e incluso menores de edad. Sin embargo, el alcalde de Buenos Aires , Mauricio Macri anunció su intención de vetar la norma por considerar que «excede» lo establecido por la Corte Suprema.
Como en los demás países latinoamericanos, con supuestos estados laicos, en Argentina la legalización del aborto continúa encendiendo polémica y acciones intolerantes a pesar de que desde 1920 el Código Penal permite las interrupciones voluntarias del embarazo en caso de peligro para la vida o la salud de la madre o si el embarazo proviene de una violación a una mujer “idiota o demente”, previo “permiso” judicial.
El caso es que una mujer de 32 años secuestrada el pasado 28 de julio llevada a la Patagonia y obligada a prostituirse, cuando logró escapar de la red de trata de personas ya había quedado embarazada. Quiso abortar porque está en su derecho y ahora la ley de Argentina lo permite sin trámites adicionales , pero a raíz de las declaraciones del alcalde de Buenos Aires añadiendo los datos del lugar en el que se iba a realizar la intervención, un grupo católico ultra conservador, Pro Familia , impidió la interrupción en el hospital Ramos Mejía – la primera que iba a practicarse con la nueva normativa , cuando entraron de malas maneras en su habitación del hospital.
Dicho grupo logró una medida cautelar de la jueza Rustán de Estrada. El grupo antiabortista ya había sufrido el rechazo de la misma por parte del juez en lo Contencioso Administrativo de la Ciudad, Guillermo Scheibler
La asociación antiabortista – católica Pro Familia actuó fiel a su estilo destemplado, – en otros países han llegado a excesos peores – organizando manifestaciones en los domicilios del director del hospital y de la propia afectada , quien ya había ingresado al hospital . En su casa estaban su madre y su padre , que hasta entonces no sabían que su hija estaba embarazada, según reveló su abogado, Carlos Lucero Paz. El capellán del hospital, el padre Fernando, también participó en la cruzada y entró con la gente de Pro Familia a la habitación de la víctima en el hospital.
Este inconcebible episodio ha vulnerado los derechos de la mujer afectada y ha acrecentado sus múltiples problemas. Su interés en guardar el anonimato fue burlado por el alcalde y por las acciones emprendidas por el grupo católico ultraconservador. Así ha quedado expuesta públicamente.
EPÍLOGO MÍNIMO
Si a una mujer víctima de redes de prostitución, un grupo intemperante se organiza para impedir la interrupción de su embarazo producto de una situación de violaciones en serie , se puede inferir el grado de fanatismo que les mueve y el desprecio por la dignidad de la víctima.
A partir de este suceso, asociaciones y diputadas/os exigen que se “garanticen las condiciones médicas para realizar la interrupción del embarazo de manera rápida, accesible y segura, sin obstáculos médicos ni burocráticos”. También cursan denuncias para la jueza que interpuso la medida cautelar e incluso para el director del hospital que no actuó en consecuencia en el momento oportuno. Un problema de competencias que se complicó, pero que vuelve a la legalidad para garantizar el derecho a abortar a la mujer secuestrada y violada
www.meneame.net/…/ultracatolicos-argentinos-impiden–aborto-muje..
Para información y denuncias llamar
NACIONAL (O8OO-MUJERES) 0800-6853737
oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” Maracay
(Fundada en 1985)
Programa de Atención a Mujeres en situación de Violencia
De lunes a viernes de 8 a 12 y de 1 a 5 p.m.
CEDIAR -Centro de Documentación e Información Aída Arroyo.
Horario de Servicio: lunes a jueves de 1,30 a 5 pm -Funciona en la misma sede.
Directorio: Órgano Divulgativo de la Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” C/ López Aveledo Norte No. 11. Urb. Calicanto. Aptdo. de Correos 2028. Telefax. 0243- 2463796 Correo E: [email protected] No. 814 Año XXIII 17/10/2012