En la Venezuela de hoy es difícil no estar informado sobre las violaciones a los derechos humanos que día a día afectan a diversos sectores sociales y a personas que individualmente han exigido su cumplimiento, ya que el gobierno nacional lejos de atender la demanda de la población recurre a la descalificación y a la criminalización, intentando llevar en ese camino a quienes defendemos las justas exigencias que hace el pueblo. En ese sentido, el gobierno no ha podido, ni podrá con Provea.
La organización recientemente ha sido un foco de atención del Presidente de la República y otros funcionarios del más alto nivel. El Defensor del Pueblo y autoridades del Ministerio Público y de la Asamblea Nacional han desatado su furia contra Provea. Pero esta actuación gubernamental lejos de aislar a Provea, le ha valido la ratificación del apoyo y de la solidaridad expresados por sindicatos, organizaciones indígenas, movimientos populares de pensionados y jubilados, representantes de sectores comunitarios diversos, Universidades, autoridades eclesiásticas, y sobre todo, de las víctimas y sus familiares, quienes son en definitiva el objeto fundamental de la acción de Provea.
La insistente descalificación proveniente del poder no es nueva, como varias veces lo hemos señalado. En tiempos del fallecido Presidente Chavez hubo también ataques y señalamientos. Los hubo entre 1988 y 1998, durante la primera década de actuación de Provea y cuando hablar de derechos humanos era algo exótico o extraño en un país que se había presentado como supuesto modelo democrático en un continente que sobrevivía a cruentas dictaduras.
En 1988 el caso emblemático de El Amparo nos mereció muchos ataques pero también en 1997 la lucha contra la reforma del régimen de prestaciones sociales, en el marco de la modificación de la Ley Orgánica del Trabajo.
En los tiempos en los que Nicolás Maduro era trabajador de Metrobus, perseguido por ejercer sus derechos, le defendimos. Asi como también denunciamos internacionalmente ante el Sistema Interamericano de Protección el golpe de Estado del 2002.
Podemos reseñar muchos otros casos en estos 27 años cumplidos el 15 de octubre, pero la verdad es que el reconocimiento nacional e internacional de Provea habla por si sólo de la trayectoria de luchas que exhibe sin mácula esta organización que ha sabido cumplir su rol.
Por eso y más, el mazo no da.