La respuesta nacional al VIH/Sida después del 7 de octubre. El resultado de la elección del próximo domingo tendrá un impacto directo sobre lo que ocurra en el ámbito del VIH/Sida en Venezuela, como sin duda lo tendrá en tantas otras áreas relacionadas con las garantías y el disfrute de los derechos humanos.

La «respuesta nacional» de cada país se refiere al conjunto de acciones y esfuerzos multisectoriales -políticas públicas, cooperación internacional, participación de las organizaciones de sociedad civil y las personas con VIH, de los sectores académico, privado, religioso-, para la prevención del VIH y la atención a las personas afectadas, dentro del marco de protección de los derechos humanos.

El Estado no ha cumplido con la obligación de promover un marco de derechos que impida que las personas afectadas sigan siendo objeto de discriminación

Para que la respuesta nacional al VIH/Sida fuera realmente efectiva, Venezuela debería contar con un estudio de campo para conocer la «prevalencia» del VIH -cuántas personas, por grupo etario y área geográfica tendrían el VIH en un momento dado-, y, a partir de allí, se realizaría vigilancia epidemiológica periódica para conocer la «incidencia» del VIH -cuántas personas contraen el virus en ese período.

Estos estudios cuantitativos deberían indicar qué tipos de investigaciones cualitativas realizar, para guiar las estrategias de prevención. En Venezuela no contamos con datos cuantitativos ni cualitativos adecuados para guiar la respuesta. Las campañas, que en otros países involucran a muy diversos actores y se mantienen a largo plazo, en Venezuela son esfuerzos que realizan las organizaciones de sociedad civil, con escasos recursos y muchas dificultades para poder llegar de manera sostenida a quienes más los necesitan.

La atención de salud se ha visto afectada desde hace varios años por infraestructuras deterioradas, falta de insumos, interrupciones en la entrega de tratamientos, restricciones en la realización de pruebas de control y seguimiento, todo lo cual implica una sistemática vulneración de los derechos a la salud y la vida. Finalmente, el Estado no ha cumplido con la obligación de promover un marco de derechos que impida que las personas afectadas sigan siendo objeto de discriminación. Las respuestas nacionales exigen el diálogo y la interlocución con los más diversos actores, como lo han demostrado los países más exitosos en el área del VIH/Sida, para poder trabajar conjuntamente en la solución de problemas como los planteados.

En este sentido, no solo nos parece vital la participación en las elecciones del próximo domingo, sino además pensar en cuál de las opciones tiene la capacidad de articular una respuesta nacional realmente efectiva a la epidemia del VIH/Sida. La posibilidad de hacerlo está relacionada también con su capacidad de organizar el conjunto de acciones y esfuerzos generales que se requieren para garantizar el derecho de toda persona a una vida digna, libre de violencia y sin discriminación, con atención oportuna en salud, seguridad social, acceso a educación y empleos de calidad, viviendas adecuadas y un ambiente sano. (El Universal, 01.10.12)

Acción Solidaria 

Centro de Información Nacional de VIH/Sida: 0212-952-2009 

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