Actualmente la tecnología está tan avanzada que el pasado sábado, a través de los medios de comunicación, se dio a conocer un video aficionado grabado en el retén de La Planta, en el cual los internos decidieron enviar un mensaje sin intermediarios a la ministra Iris Varela, donde reflejan la crítica situación que atraviesa esa población reclusa, y sus deseos a ser escuchados.

 

En el video responsabilizan a la ministra de lo que pueda sucederles. Solicitan normalizar la visita de sus familiares y colocar la mesa técnica con jueces, fiscales y abogados. Además, dijeron que no están siendo escuchados. Si esto es cierto, «¿por qué tapan a los medios de comunicación y no deja que televisen?».

 

Hemos visto a la ministra Iris Varela en más de una oportunidad diciendo que se encuentran comisiones hablando con los internos; de ser cierto. Algo está fallando en la mediación de este conflicto y que, después de más de dos semanas y media, todavía no se ve humo blanco.

 

Cuando se media en un conflicto ambas partes deben estar de acuerdo con las personas que van a mediar y deben poner de parte y parte para resolver la situación. Han sido demasiados inexpertos en esto desde el primer momento. Veremos cuál será el capítulo que viene esta semana.

 

Increíblemente, el mundo sigue avanzando en las ciencias penitenciarias y este país se encuentra estancado en el pasado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dice que el informe destaca que la mayoría de los actos de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes cometidos contra las personas en custodia del Estado ocurren durante el arresto y las primeras horas de investigación criminal.

 

«Entre las principales causas que contribuyen a la persistencia de esta práctica se identifica la existencia de prácticas institucionales heredadas y una cultura de violencia firmemente arraigada en las fuerzas de seguridad de los Estados; la impunidad; la falta de dotación de recursos, equipos adecuados y capacitación técnica en los cuerpos de seguridad; las respuestas represivas del Estado como ‘políticas de mano dura’ y ‘tolerancia cero’; y el conceder valor probatorio a las confesiones o a información obtenida mediante el empleo de torturas o tratos crueles, inhumanos y degradantes».

 

En Uribana: entre los privados de libertad del centro penitenciario de Centro Occidente, mejor conocido como Uribana, internos de los calabozos y diversas comisarías de Polilara hay 5.288 hombres en desacato judicial.

 

La situación en ambos centros de reclusión continúa igual, los reos han decidido que nadie sale y nadie entra. Esta misma acción la están tomando en los calabozos de la Comanpoli, en donde no dejarán entrar más detenidos.

 

Manifiestan que no tienen espacio para dormir, están comiendo dos veces al día y no a todos los compañeros les llega el alimento. Por lo tanto exigen una respuesta por parte de las autoridades competentes porque de lo contrario están dispuestos a realizar una huelga de hambre y de ser necesario de sangre.

 

 

 

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