Extraoficialmente se conoció que al menos 120 reos que se encuentran en el anexo nuevo del Centro Penitenciario de Occidente en el estado Táchira, la Cárcel de Santa Ana, aún mantienen tomado el edificio y secuestradas a 14 familiares y dos custodios.
Los custodios secuestrados fueron identificados como Nerza Flores y Xavier Pastrán, quienes no han tenido contacto con sus allegados en las últimas 48 horas. En pocas ocasiones, los presos han obligado a los custodios a subir hasta la azotea de la cárcel para que los funcionarios externos los vean.
«Nadie nos ha dado respuesta de nada, simplemente nos han llenado de mentiras, colocando un autobús para despistarnos; también ha venido un defensor del pueblo, sin embargo sólo levantó un acta», así lo aseguró el representante de los internos secuestradores.
El Defensor del Pueblo, Aarón Díaz, viene acompañando al ministerio de Asuntos Penitenciarios en las negociaciones que se adelantan con varios reclusos del penal, pero imagínense estimados lectores, el propio Defensor dice que la calma en el interior del reclusorio es total e incluso se mantienen en total normalidad el anexo de mujeres y resto del penal, mas no así en el modulo 4, donde se ha focalizado el problema por parte de reclusos que son de otras regiones del país y que están solicitando su traslado a las regiones de origen.
Cómo puede haber normalidad con semejante situación donde hay visitantes y custodios en contra de su voluntad, desde el pasado jueves, eso no puede ser normal.
Y recientemente en el Internado Judicial de Valencia, mejor conocido como Cárcel de Tocuyito, las autoridades pasaron una requisa y decomisaron: una subametralladora, tres fusiles, dos escopetas, dos bombas lacrimógenas, otras 16 armas de fuego, 81 cargadores de armas de fuego, 2014 municiones de distintos calibres, 3 chuzos (puñales), 3 computadoras portátiles, 98 teléfonos celulares y envoltorios.
Ahora bien, aquí debemos hacernos unas serie de preguntas que la Ministra debiera responder: ¿por qué cuando ingresan a requisar, no lo hacen en todos los pabellones, sino en algunas áreas? ¿De qué se trata debilitar unas áreas y que queden otras fortalecidas para que tomen control?
Pero imagínense, pasan una requisa, y al día siguiente, el interno Wilmer Fonseca, recluso del Penal de Tocuyito fue herido por un proyectil que penetró su cabeza y que tocó parte de su cerebelo. Bueno y ¿qué pasó, cuál fue la requisa pasaron?
En la Cárcel de Uribana cae otro interno asesinado que respondía al nombre de Kitson Rojas, quien fue ingresado a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda. Al momento que ingresaban el cuerpo sin vida de Kitson a la morgue del hospital, sus familiares rompieron en llanto. «Mi niño, por Dios… Ay, Dios mío, ¿por qué?».
Está la política penitenciaria del país, y no sirve: los internos pierden la vida, mientras las autoridades juegan a la política del ensayo y el error. Aquí es donde debemos ser firmes en decir que no se puede venir a aprender, porque son vidas humanas, a manos del Estado.
Y en huelga de hambre se encuentran desde el pasado viernes 33 privados de libertad, en uno de los calabozos del Centro de Coordinación Policial Torres, en la ciudad de Carora, informó Dervys Javier Suárez, familiar de uno de los detenidos. (Tal Cual, 22.08.12)