¿Por qué volver a repetir un Decreto que ya se había dado en el 2000? ¿Un segundo chance o desespero por equilibrar fuerzas? El Presidente ha promulgado un Decreto Ley en Venezuela, por el que se autoriza incorporar a la Fuerza Armada Nacional (FAN) y a su Sistema de Seguridad Social al personal militar, no solo participante sino también involucrado (vaya concepto jurídico) en las rebeliones cívico-militares del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992.
El Decreto es sui generis en varios aspectos. No contempla mecanismo alguno de control administrativo para el procedimiento de reincorporación. Y en el texto se autodefine el Presidente, como el único decisor del reingreso del solicitante y cual Cesar, solo él considera y aprueba.
Un gesto de soberbia que el Decreto dictado por la Asamblea Nacional Constituyente en enero de 2000 similar a este, no estableció sensatamente, al ordenar constituir sendos comités por componente de la FAN a objeto de analizar cada solicitud de reincorporación.
El Presidente ha decidió establecer un chance de 2 años y no de 2 meses, como en el año 2.000, para la reincorporación de los golpistas. Un compás de espera suficiente para captar interesados, que pueden llegar a ser muchos más de la cuarentena de oficiales que se han señalado reingresarían. No nos olvidemos que durante 13 años de gobierno, en cada cuento que echa Chávez nos enteramos de nuevos participantes directos e indirectos en los golpes.
Lo que aunado a la cajita feliz que puede representar el «Derecho a la Seguridad Social de la FAN» que abarca salud, pensión, derecho a la vivienda, y otras prestaciones dinerales como dice la ley, hará golpistas a muchos desempleados que habiéndose ido de baja señalen ahora haber participado en las intentonas. Quizá esa sea la fórmula ideada por Chávez para conformar la «FANB Chavista» de la que le ha dado por referir en este 2012. Pues lo de chavista no se lo cree ni el mismo, con lo que hay allí adentro, 2 décadas formadas en democracia, entre 1982 y 1999.
Desde una perspectiva estrictamente militar, el nuevo Decreto Ley es un signo de debilidad. Necesita de sus golpistas dentro de la FAN para hacer ver que la controla. Desde el punto de vista político y de cara a unas elecciones presidenciales cruciales como nunca para el país en décadas, introduce una variable dentro de la FAN que puede mover en su contra el status quo que lo ha beneficiado hasta la fecha.
Y desde la perspectiva de Derechos Humanos, profundiza la brecha entre los venezolanos, especialmente con las víctimas de los sucesos del 4F y 27N que aún esperan por justicia, verdad y reparación.
Al final, lo que sucede con Chávez y los militares es como una partida de ajedrez. Sabe que perdió su chance de ganar al sector institucional que representa un 80 % en la FAN. Y el que pierde sólo puede prolongar el juego. Ambos saben que el juego ha terminado, es sólo cuestión de tiempo. (Rocío San Miguel, Tal Cual, 09.02.12)