Se ha hecho un esfuerzo. Hay unos resultados. Con todas las críticas que se le puedan hacer, y los errores que se hayan cometido, la consulta educativa ha sido una oportunidad para opinar sobre la escuela que queremos muchos en este país. ¿Y ahora?
Hay mucho por hacer, haremos sugerencias para avanzar al menos en 3 aspectos: maestros, supervisión y cobertura.
Hay consenso en que se necesitan docentes mejor formados. Estoy de acuerdo. No tendremos educación de calidad sin buenos maestros.
Hay que actualizar a los que están en ejercicio y hay que revisar los planes de pregrado, para que los futuros egresen con herramientas para enfrentar nuevos retos. Pero mientras hay una medida que se puede aplicar de inmediato: los concursos para los nuevos cargos.
Sólo con eso se daría un avance importantísimo, que en cada poblado donde haya vacantes entren los mejores. Concursos de credenciales y conocimientos básicos. Esto depende de la voluntad política. Sería además una manera de darle dignidad a esos cargos.
Segunda sugerencia: supervisión educativa, que oriente, que contribuyan a que las escuelas superen problemas. Tener supervisores para que pidan papeles a los directores y les levanten actas es un desperdicio administrativo. Los supervisores deben ser gente bien formada, con experiencia, que sirva de apoyo a los directores para que puedan enfrentar los nuevos retos. Si la supervisión fuera orientadora los directores serían los primeros en invitar a esos funcionarios a sus planteles.
Ampliación de la cobertura, aspiración expresada por el propio Ministro cuando dije que el gobierno no se podía contentar con lo que se ha hecho puesto que, según datos oficiales, hay 775.681 muchachos fuera del sistema escolar.
Yo saqué mis cuentas, y sólo para incluir a los de educación inicial se necesitarán 10.661 aulas. Propongo, que el gobierno informe dónde se construirán esas escuelas que ha anunciado que se harán este año y que exija a la Misión Vivienda que contemple espacios escolares en esos edificios, al menos para los más pequeños.
Lo otro es para la sociedad civil, que nosotros nos organicemos en un Observatorio de Aulas y digamos a las autoridades dónde vemos urgencia de aulas. Yo podría dar ya una lista de comunidades del interior que esperan aulas para que sus hijos estudien.
Finalmente, un requisito, la seguridad. Sin ella no habrá calidad educativa, seguridad para que alumnos y maestros lleguen sanos y salvos a la escuela, y seguridad dentro para que unos puedan enseñar en paz y los otros aprender en paz.