luisa pernaleteCreo que el Mundial, que ha dado cierto receso a la conflictividad vecinal, no nos ha permitido pensar en problemas que silenciosamente están ahí, como corrientes de agua subterránea, tales como la escasez de “papel”, no sólo de ese del cual ya perdimos la pena de hablar -el papel sanitario- sino de otros papeles que tienen relación con la convivencia pacífica.

Empecemos por el papel para los cuadernos. Las empresas que se ocupan de la fabricación de útiles escolares han advertido que para septiembre no se tendrá todo lo necesario para el morral de los niños y niñas, y créalo, por mucha Canaimita y tecnología de punta que se lleven a la escuela, los chamos necesitan su lápiz, su sacapuntas… y sus cuadernos de línea y de dibujo.

¿Qué tiene que ver eso con la convivencia pacífica? Pues que los niños y niñas deben aprender desde pequeños a expresar sus emociones y sentimientos. ¿Qué les genera alegría? ¿Qué les da rabia? ¿Qué hacen cuando se ponen bravos? Se les invita a escribir, también a dibujar escenas, para que se acostumbren a sacar sus emociones y las puedan reflexionar, para que los sentimientos no se vuelvan resentimientos, para compartir con sus pares… Las canaimitas no van a sustituir el papel. ¡Y no les cuento lo útil que sigue siendo para los docentes el “video-bond” frente al video beam, cada vez más costoso e impredecible con los apagones! Expresar sinceramente lo que sentimos y pensamos ayuda no sólo a compartir cargas, sino también, como siempre subrayan los compañeros de Lacso, a que crezca la “cohesión social”.

También en el hogar, ¿Cómo hace una madre para recordarle a su hijo que tome su medicina a su hora, si ella debe salir a trabajar afuera -porque adentro siempre trabaja?- Pues le deja un papelito” en la puerta de la nevera. Igual cuando quiere pedirle perdón por lo feo que lo regañó el día anterior… ¡Eso puede surgir un efecto mágico en el adolescente súper- sensible aunque aparente tener corazón de hierro! Incluso en un papelito puede dejarle “la bendición” del día.

¿Y qué tal un papelógrafo para sorprender a la hija por su cumpleaños? Vamos más allá, a más de una madre le hace falta su cuaderno para anotar nuevas recetas, los exámenes de los hijos, las reuniones con los grupos de la comunidad, y muchas cosas más, como ayudar a sanar sus heridas.

Una vez una señora de una comunidad muy pobre de San Félix, que tenía problemas de obesidad desde joven, contó que, dolida por tantas burlas y discriminación por su figura, se había puesto a escribir todo lo que recordaba de su historia dolorosa, ¡casi llenó un cuaderno! Confesó que se había sentido liviana después de todas esas páginas. ¡Papel para curar!

¿Si no se tiene papel cómo nos hace llegar el padre Wyssem sus sabias reflexiones dominicales junto a la “buena nueva” del evangelio? Esa hojita juega “una gran papel” para los católicos.

Y finalmente, la sociedad necesita de papel para saber qué está pasando, para conocer las buenas noticias que animan porque son evidencias de lo posible, y además, después se pone el recorte en la cartelera de la escuela o de la parroquia y es un mensaje permanente de esperanza.

Sí, ya usted lo adivinó: hablo del papel para los periódicos. Por mucha edición digital que se esté haciendo, la prensa escrita es muy importante. ¿Qué hacemos con periodistas sin periódicos? Si no hay espacios para expresarse de manera pacífica, hay gente que puede pensar en vías violentas. El silencio no es buena cosa, ni para los que están en el poder ni para los gobernados. Todo no puede ser dicho en 140 caracteres. El papel periódico es necesario para la democracia.

Se me olvidaba, sin papel tampoco los niños tendrán sus barquitos y aviones. ¡Hay que defender el derecho a disponer de papeles para la convivencia!

@luisaconpaz

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