luisa pernaleteSergio Antonio Serrano y José Miguel García murieron degollados en Ciudad Belén, uno estudiaba 2 grado y el otro cuarto.

Eran unos  niños de “camisa blanca”, como suelen indicar los escolares a sus compañeros que son todavía niños.

Ambos fueron asesinados por defender a otra niña, de 11 años, que estaba siendo violada.

Habrá que insistir en la necesidad de las políticas públicas para proteger de manera integral a los niños y niñas, pero hay que poner también el ojo en ese victimario adolescente

Yo no se ustedes, pero desde que leí esa noticia no he podido dormir tranquila.

El  caso de Ciudad Belén no puede ser mirado como “un caso más”, Sergio Antonio y José Miguel  no son solo dos muertos más.

Es  un caso con dramas múltiples: los dos niños degollados, sus familias, sus compañeritos de clase a los cuales hay que explicarles que en una edad que es para jugar, pintar, leer cuentos, comer mamones, ellos fueron asesinados; el drama de la niña violada -no hace falta  que haya penetración para ser violada-, ella y toda su familia son víctimas de esa violación; el drama de un adolescentes de 17 años, que a su edad ha violado, degollado a dos niños, que ya el año pasado había atacado a dos niñas…

No, no es simplemente un caso más.

Estos dramas deberían afectar no sólo a los habitantes de Ciudad Belén, como de hecho lo están y han expresado su consternación, sino a toda la sociedad venezolana.

Habrá que insistir en la necesidad de las políticas públicas para proteger de manera integral a los niños y niñas, pero hay que poner también el ojo en ese victimario adolescente.

Me pregunto si estaba siendo atendido clínicamente después del hecho del 2012 –atacar a dos niñas y su posterior detención -, pregunto por las políticas de prevención y atención a los adolescentes en situación de riesgo y los que ya tienen conductas delictivas.

No sabemos nada de su familia, pero conozco unas cuantas que requieren ayuda para tratar a sus hijos adolescentes y no les resulta fácil, pues la atención privada es costosa y la pública es escasa o inexistente.

De dos a tres meses para una consulta con un  psiquiatra  aquí en Ciudad Guayana. No creo que sea una situación aislada.

Vendrá el Día del Niño y habrá castillos inflables y primeras damas retratadas con pequeños mientras las familias de Ciudad Belén lloran por sus hijos.

Esos niños de Ciudad Belén no se me quitan de la cabeza. Yo no he podido dormir bien ¿ Y usted?

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