El 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, Malala y Kailash Satyarthi, paquistaní de 17 años la primera, y el segundo ingeniero de la India, recibirán el Premio Nobel de la Paz. He imaginado que han venido de visita a Venezuela.
Malala, Kailash, ¡qué bueno que pudieron venir! Ya les dijimos en su momento que a Fe y Alegría y a todas las organizaciones que conformamos la Red de Defensa de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, nos había complacido enormemente que ustedes fueran los seleccionados este año para ese galardón, nos sentimos muy bien representados, necesitamos que todos los gobernantes entiendan lo que significa que los “niños son prioridad absoluta”. Ustedes serán escuchados.
En esta visita después de ver realidades diversas del país, han hecho sus preguntas.
“No comprendo por qué hay niños y niñas fuera de la escuela si en Venezuela no hay talibanes que lo prohíban”, es una de las interrogantes de Malala.
Te explico: no hay talibanes, es verdad, pero tampoco hay planificación a mediano y a largo plazo que contemple la construcción de escuelas en las zonas donde realmente se necesitan, fíjate, en algunas partes hay planteles casi vacíos, pero mira tú en cambio los barrios que han nacido en los últimos 5 años, mira las llamadas “soluciones habitacionales” de la Misión Vivienda, ¿Ves centros de educación inicial en esos edificios? ¿Ves aulas en esos barrios nuevos?.
Te cuento un caso que conozco muy bien, a orillas del Orinoco, en San Félix, hay una escuela de Fe y Alegría , las madres junto a la institución llevan 5 años solicitando a la CVG que les autoricen ocupar el terreno que está atrás del colegio para poder terminarlo.
No tienen ni siquiera un parque, y se requiere otro módulo para que los más pequeños no tengan que madrugar para ir a otras comunidades a estudiar. ¡No ha sido posible! Siempre dicen que “falta una firma”.
Y te cuento que en otra comunidad también de San Félix -La Victoria- llevan 8 años esperando que terminen el liceo para los adolescentes y nada. Muchas quedan fuera del sistema escolar, y ya sabes qué pasa, unos cuantos caen en manos de la violencia.
El gobierno ha prometido construir mil escuelas en convenio con los chinos, nos gustaría saber dónde las hará. Hay venezolanos que también podrían hacerlo, pero en fin… No sólo los talibanes impiden la educación de las niñas.
“Eso es otra cosa que no comprendo -pregunta ahora Kailash- aquí no hay como en la India o en Paquistán enfrentamientos étnicos pero hay decenas de niños y adolescentes que caen por balas cada año. ¿De dónde salen tantas balas?”. Sí, es difícil de explicar, aquí tenemos una verdadera “guerra asimétrica”, hay un montón de gente violenta armada que ataca a cualquier inocente en cualquier lugar.
Cuesta creer, pero les cuento, en Venezuela mueren niños que jugando en sus casas, o durmiendo en su cama, niños en pañales todavía, también mueren por balas niños yendo a su escuela.
¡Puedo escribir un libro de casos dolorosos! Unicef dice que somos unos de los países con tasas más altas de homicidios en ese sector de la población.
Pregúntenle a Cecodap. Cada semana hay un parte de guerra, por eso tenemos que seguir exigiendo políticas de protección integral para esta población en permanente riesgo.
“Otra pregunta, ¿por qué hay tantas adolescentes embarazadas? ¿También hay matrimonios infantiles aquí como en la India?”, preguntan ambos. Pues en realidad no hay esos matrimonios, pero somos campeones en embarazos antes de tiempo y mueren muchas chicas al parir. “Niñas cuidando niños”, suele decir una maestra amiga. ¡Es un serio problema! Tampoco hay políticas públicas para enfrentarlo.
“Creíamos que con tanto petróleo y tantas leyes nuevas aquí los niños y adolescentes crecían sin problemas”. Eso me dijeron al despedirse. Les recordé que las leyes no bastan y que deseábamos que el premio que recibirán el 10 de diciembre sirva para avanzar en los derechos de los niños y niñas del mundo.