En una comunidad de la parroquia Vista al Sol, cerca de los acontecimientos del vienes, unas señoras comentan sobre la situación. “Uno almuerza y se queda pensando qué cenará; cena y queda pensando qué desayunará, eso todos los días…”, comenta una como pensando en voz alta. “Yo me fui a las 3:00 de la mañana al Mercal del barrio, sólo dan 80 números y 20 para los de la tercera edad y los que tienen familiares discapacitados. Llegando a las 3:00 no hay seguridad de que me toque un número…” Otra dice que hay gente que se va a las 5:00 de la tarde del día anterior. “¿Qué más vamos a hacer? No se puede comprar arroz a 200 y hasta 300 a los ‘bachaqueros’… La cosa está muy dura…”. Se me arruga el corazón, son buenas mujeres, ninguna está de acuerdo con los saqueos. “Tenemos que expresar lo mal que la estamos pasando, pero así no”. Sigue encogido el corazón. Los puntos suspensivos golpean el alma.
Diástole. Sábado 1 de agosto. Madres promotoras de paz (MPP) y sus recreadores se reúnen en la capilla católica de la comunidad de La Victoria. Afinan los últimos detalles para el plan vacacional de este año, este es el cuarto que organizan. Hablan de las preocupaciones por lo que acaba de pasar. Luego van cambiando sus rostros de preocupación por sonrisas, anticipo de las risas que escucharán de los 300 niños y niñas que atenderán esta vez. Llama la atención las caritas de los recreadores, son 54 en total, sólo uno mayor de 18 años. ¡Y hay gente que cree que con los adolescentes no se consigue nada! Ahí están repasando las rutinas con las que animarán a los chamos. Ríen espontáneamente. Les hablo de la importancia de la risa, de la necesidad de la mirada amorosa para comprender a los difíciles y a los tímidos, las MPP observan con orgullo a esos jóvenes que se han anotado voluntariamente para cooperar, son como sus hijos también. Se habla de la paciencia necesaria y de la confianza en Jesús, María y San Pedro Claver, patrono de la capilla donde estamos reunidos. El corazón se ensancha.
¡Eso también es San Félix! El que explotó el viernes puede estar en cualquier parte del país. Hay que trabajar para que este otro San Félix surja en muchas comunidades. Hay que trabajar para que nadie deba hacer cola a las 3:00 de la mañana por un kilo de arroz.
Luisa Pernalete
Artículo publicado el 31.07.2014 en Correo de Caroní