No queremos los ejes de desarrollo que entran a Venezuela desde Colombia o Brasil ni mucho menos la integración ensamblada de kilómetros de enormes tubos trasportadores de gas y petróleo ordenado desde las cúpulas tecnocráticas de la IIRSA y el PPP o Mesoamericano. Si queremos una patria bonita inteligente viviendo en consultas apropiadas democráticas que reduzca el poder al Presidente de turno y a su Ejecutivo y lo compartamos con las miles de organizaciones sociales democráticas que hacemos vida políticosocial en el país, pues la democracia es plural o no es. No puede haber pensamiento único y partido único al servicio de la cúpula gobernante.
El modelo del Plan Patria propuesto por el Gobierno de turno nos acerca más al capitalismo salvaje y a la destrucción de la vida en el planeta, sigue el modelo de vida montado como el resto de los gobiernos de América Latina sobre la renta energética minera y el que hacer de las culturas y sociedades del país dentro de la lógica impuesta de una sociedad financiadas por las empresas imperiales comercializadoras del crudo y países potencias financistas como China o Estados Unidos.
Complaciendo esa lógica no podemos aceptar la destrucción del río Orinoco, el Amazona, el Caura, la Sierra de Perijá y su piedemonte y sus zonas de vida aledañas para construir puentes, puertos en zona de interés pesquero como las aguas en Sucre o Apure, o Zulia vías ferroviarias, ciudadelas para albergar familias de obreros para sustituir la importación de tubos, válvulas y demás piezas fabriles petroleras, mineras, o petroquímicas y poder así cumplir con los convenios firmados con países asiáticos, europeos o de América toda que darán al traste con nuestros ríos, bosques y territorios indígenas. Si sacamos el petróleo pesado del Orinoco, o el carbón del piedemonte perijanero o Lobatera. Si hacemos navegable el río Apure y los empresarios brasileños también construyen los dos modernos mega puertos en Araya, estado Sucre y Simón Bolívar o Puerto América en aguas del Golfo de Venezuela, así como la extracción de gas entre las aguas de los estados Zulia y Falcón nos quedaremos sin peses para el consumo interno y para exportar.
Quizás seremos un “País Potencia” pero sin pueblos indígenas, con ríos y costas marinas sin peses, sin bosques originales, sino de filas de árboles para exportar madera, con mayor número de enfermedades ocupacionales y si agua. No queremos este país potencia socialista integrado a partir de la destrucción del suelo, del subsuelo y la atmosfera contaminada, integrado a partir de enormes tubos ensamblados con Brasil y Colombia, transportando en sus aviones repletos de empresario privados imperiales y de países pobres y ricos a firmar convenios. No queremos ver salir barcos de estos megapuertos hasta el papo llenos de hierro, plásticos, carbón, petróleo, fosfato, urea, llaves y tubos y vegetales y frutos levantados a fuerza de productos químicos. Digamos no a este tipo de desarrollo y “País Potencia” propuesto en la línea estratégica u Objetivo histórico número tres. Esto es una falacia histórica.