Marino AlvaradoPor crisis humanitaria se entiende una situación de emergencia en un determinado país o región de un país que amenaza de manera generalizada la vida, la integridad física o la salud de una población en niveles tales que requiere de medidas urgentes incluyendo la ayuda internacional.

Las situaciones de crisis humanitaria como consecuencia de conflictos, desastres naturales, pobreza o malas políticas gubernamentales van acompañadas generalmente de violaciones a los derechos humanos.

La grave crisis que existe actualmente en el área de la salud en el país, está colocando la situación al borde de una crisis humanitaria. Las considerables limitaciones que tienen las personas en Venezuela para recibir atención oportuna y adecuada principalmente en los centros públicos de salud; el fallecimiento de pacientes como consecuencia de pasar de un centro de salud a otro clamando atención, el agravamiento de la situación de salud de miles de personas al no conseguir, aunque tengan recursos económicos, medicamentos esenciales para los tratamientos y las largas listas de pacientes esperando intervenciones quirúrgicas son solo algunos ejemplos.

Es tiempo también que el gobierno piense en solicitar apoyo internacional de la Organización Panamericana de la Salud y de países interesados en apoyar. No es cualquier cosa lo que está en juego, son vidas principalmente de los sectores más pobres de nuestra población

No es exagerado afirmar que nos aproximamos a una crisis humanitaria si no se adoptan medidas de manera inmediata y sostenible que empiecen a revertir la actual situación.

La indolencia con la que el gobierno viene asumiendo la situación agudiza el deterioro existente con graves consecuencias para millones de familias en el país. Esa misma actitud desafortunadamente viene asumiendo la Defensora del Pueblo contribuyendo con su omisión y complacencia a que se deteriore la prestación de los servicios.

El 16 febrero de 2013 el Presidente de la República Nicolás Maduro, al visitar el hospital de Coche en Caracas reconoció la crisis que atravesaba el servicio nacional público de salud. Afirmó ““Lo que esté sucio limpiarlo, lo que esté dañado arreglarlo, lo que haga falta que se traiga y que se remodele lo necesario, pero ya”. En dicha ocasión el primer mandatario nacional ordenó la “intervención” del Hospital y afirmó que en pocos meses se recuperarían los hospitales del país.

Diez meses después el 12.12.13 volvió a reconocer la grave situación al afirmar que los hospitales eran una “vergüenza”. Pese a ello, durante todo 2013 la crisis persistió. Ese año la organización Provea registró un incremento de 84% -con respecto al 2012- en el número de situaciones de impedimentos para la prestación servicios de salud pública al recibir 1976 denuncias.

Se redujo igualmente en 2013 el número de vacunaciones y aumentó la cifra de enfermos por parásitos y vectores, continuó el estancamiento de la mortalidad materno-infantil, se agudizaron las interrupciones en la entrega de tratamientos a personas en condición crónica de salud y miles de pacientes sometidos a tratamientos de radioterapia sufrieron las consecuencias de la negligencia del Estado venezolano, ya que no se tomaron las medidas necesarias para evitar la paralización de los equipos para suministrar los respectivos tratamientos, debido a que el Ministerio para la Salud no renovó oportunamente los contratos de mantenimiento de los mismos.

Los retrocesos y estancamientos en materia de disponibilidad, accesibilidad, gratuidad y calidad de la atención prestada, vienen afectando el derecho a la salud y el derecho a la vida de las y los venezolanos.

No basta que altos funcionarios del Estado venezolano incluyendo al presidente de la República reconozcan parcial o totalmente la crisis. Es fundamental declarar la emergencia y adoptar medidas integrales para revertirla. Insistimos que el gobierno debe convocar a los gremios de la salud, las organizaciones de pacientes, las universidades, las organizaciones no gubernamentales y todo aquel interesado en contribuir y así sumar voluntades.

Es tiempo también que el gobierno piense en solicitar apoyo internacional de la Organización Panamericana de la Salud y de países interesados en apoyar. No es cualquier cosa lo que está en juego, son vidas principalmente de los sectores más pobres de nuestra población.

Marino Alvarado Betancourt

@marinoalvarado

www.derechos.org.ve

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