Si, miles con el lamentable mismo destino que tuvo el ex presidente Chávez.
Una batalla por la vida que finalmente no pudo ganar. En ese mismo tiempo muchos hombres y mujeres humildes asumieron ese mismo desafío, con idéntico resultado.
Pero había una gran diferencia: el ex presidente tuvo todos los recursos posibles a su disposición incluyendo un largo tratamiento en el exterior con especialistas de amplia experiencia.
Sin duda, la jerarquía de su cargo ameritaba que se asumiera como un asunto de Estado y se desplegaran todas las posibilidades para su tratamiento.
Lo que no se justifica es que en ese mismo lapso se le haya dado la espalda a los más humildes que sufrían la misma enfermedad.
Que se les haya sometido a un ruleteo por distintos hospitales y por variadas ciudades para poder lograr un mínimo de atención aquellos, que con suerte, la lograron.
Muchos, fallecieron en el camino. Víctimas de la indolencia de un gobierno que tuvo todos los recursos económicos para garantizar una adecuada atención pero no la brindó.
Según un Informe realizado por la Comisión de Desarrollo Social de la Asamblea Nacional la mayoría de las salas de radioterapia en el país se encuentran en mal estado.
Cinco meses después del fallecimiento del presidente Chávez el ministro de la Juventud y vicepresidente para el Área Social Héctor Rodríguez reconoce que no hubo mantenimiento a los equipos.
Es decir, por negligencia e indolencia de funcionarios en el sector salud y eso que el propio gobierno ha reconocido como falta de eficacia en la gestión pública, se condenó a muerte a miles de venezolanos y venezolanas.
Una clara responsabilidad del Estado por omisión al no brindar atención oportuna y adecuada.
No se justifica que con los enormes recursos que ha manejado el gobierno tal situación haya ocurrido y siga presentándose.
Afortunadamente se empiezan a adoptar medidas para atender la gravedad de dicha realidad. Ojalá no sea paños calientes y dentro de unos cuantos meses esos homicidios silenciosos vuelvan a ocurrir.
Llama la atención la poca sensibilidad de los altos funcionarios del gobierno en vida del presidente Chávez y los que actualmente nos gobiernan.
Al sufrir tan penosa enfermedad el ex presidente como mínimo se hubiese esperado una toma de conciencia por parte del alto gobierno de las deficiencias que existían en el país para atender a los pacientes con cáncer.
Y no es que no conocieran la situación. Bastante se habló del tema, infinidad de promesas se hicieron, pero no se tradujeron en políticas y medidas para mejorar la atención médica.
El presidente Nicolás Maduro viene hablando de la necesidad de mejorar la eficiencia en la gestión de gobierno.
Le recuerdo que el pasado 16 de febrero estuvo en el Hospital de Coche y prometió una mejora profunda del servicio. Pues seis meses después la situación no ha variado mucho.
No se gobierna a favor de los pobres con discursos y promesas. Se gobierna dándoles de verdad “buen vivir” y de las palabras a los hechos todavía hay mucho trecho.