El próximo lunes 07 de abril se celebra el día mundial de la salud. Es una oportunidad para reflexionar sobre las políticas públicas que se vienen implementando y los resultados. Un momento también de movilización social para exigir a los Estados que cumplan su obligación de garantizar a todas y todos el derecho a la salud.
En ese sentido, en nuestro país distintas organizaciones sociales que se han agrupado en la Alianza Social por la Salud están convocando a una concentración este lunes a las 10 de la mañana en la sede de la Defensoría del Pueblo en la avenida Urdaneta Centro Financiero Latino.
Una acción de calle donde participarán entre otros, personal médico, enfermeras, pacientes, organizaciones no gubernamentales que trabajan el derecho a la salud, comités de salud y sindicatos para exigir al Estado cumpla con su obligación de garantizar protección de la salud a toda la población.
Como bien lo definió un sindicalista se trata de lograr organización para la unidad y unidad para la acción por la exigibilidad de derechos.
Una acción frente a la Defensoría porque esa institución tiene la obligación de activarse para defender los derechos humanos de la población y hay una violación reiterada, masiva y sistemática de violación del derecho a la salud.
En nuestra Constitución la salud está expresamente establecida como derecho en el artículo 83 “La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios” Pero además establece con toda claridad que es una obligación del Estado garantizarla y vincula, expresamente, el derecho a la salud con el derecho a la vida.
La obligación del Estado de garantizar buenos servicios públicos de salud y adecuadas medidas preventivas no se viene cumpliendo.
El sector salud en el país sufre una profunda crisis por malas políticas, por ausencia de políticas en algunos casos, pero principalmente por la indolencia del gobierno.
La consecuencia es que hoy los más pobres viven una permanente tragedia si se enferman o sufren un accidente. Salvo excepciones, en atención muy puntual en algún servicio o por la acción de un ente específico, hay personas que tienen la suerte de recibir respuesta adecuada ante circunstancias concretas.
Pero la mayoría que acude a un servicio público tiene bastante probabilidad de no ser atendido y si lo es, el personal de salud no cuenta con los insumos necesarios para dar una atención oportuna y adecuada. La salud está en terapia intensiva.
Esa crisis afecta por igual al enfermo que simpatice o adverse al gobierno. Afecta no solo a los más pobres, sino también a población de clase media.
Frente a la indolencia e ineficacia gubernamental, es imperativo unificar fuerzas, iniciativas y recursos para emplazar al gobierno aplique correctivos con carácter de urgencia.