El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional ha estado muy activo los últimos días. Un síntoma preocupante de posible incremento de la represión política en el país.
A la ya desproporcionada represión contra la protesta social que suma más de 120 personas sometidas a régimen de presentación de las 3000 que ya existían y cerca de 20 manifestantes encarcelados, se le agrega el uso del aparato policial de represión política.
Es resaltante la presencia que tuvieron en la represión de la marcha el día 12 de febrero. En recorrido que hicimos por el centro de Caracas en momentos en que tuvimos conocimiento se empezaban a producir incidentes violentos, vimos a funcionarios del SEBIN movilizándose por las cercanías de la protesta en vehículos y motos portando armas largas y cortas.
Luego, cientos de fotografías y vídeos muestran como dispararon a mansalva contra manifestantes. Es posible que sean funcionarios de ese organismo los responsables de dos de los homicidios que se produjeron en el marco de la manifestación. Habrá que esperar las investigaciones del Ministerio Público, de lo que no hay duda es que dispararon sus armas contra manifestantes indefensos.
Como decía el cantor del pueblo Alí Primera refiriéndose a la represión contra los manifestantes “otra vez, otra vez, la policía otra vez”
Este organismo policial lo hemos visto igualmente allanando viviendas y oficinas. Muy posiblemente debe estar activo interviniendo teléfonos y realizando seguimientos a líderes políticos y sociales.
Cómo se parece la represión de los últimos días a las que se realizaban contra las protestas en la década de los 80 y 90. Las protestas eran calificadas como parte de una conspiración y además de la represión abierta contra quienes salían a la calle a exigir derechos o cuestionar el gobierno, se allanaban oficinas de partidos y las viviendas de líderes sociales y políticos. Como en el pasado, ahora también se encarcela estudiantes.
En el marco de la doctrina de seguridad nacional que progresivamente ha venido permeando la actuación del gobierno del presidente Nicolàs Maduro, no debe extrañar que a futuro tanto el SEBIN como otros organismos policiales empiecen a desarrollar una represión más selectiva en la misma medida que se reprima la protesta social.
Cuando la seguridad de Estado pasa a ser lo primordial, relegando los asuntos de seguridad ciudadana a segundo plano, los organismos para la represión política y para reprimir el descontento social pasan a jugar papel destacado en las políticas de seguridad. En esas circunstancias los riesgos al respeto a los derechos humanos aumentan.
Por tal motivo, cada día debemos conocer mejor nuestros derechos y cómo defenderlos.