“El mejor medio para hacer buenos niños es hacerlos felices”
Oscar Wilde
Es muy doloroso que cada día existan noticias de homicidios y trato cruel contra niños cada vez más pequeños.
Los niños, niñas y adolescentes son los más vulnerables en relación con las violaciones a los Derechos Humanos, por lo que es necesario una protección específica por parte de los Estados.
La Organización Mundial de la Salud OMS calcula que, en 2002, alrededor de 53.000 niñas y niños murieron en todo el mundo como consecuencia de homicidios.
En Venezuela, durante sólo los primeros 15 días del mes de julio, se han registrado unos 18 casos de infantes víctimas de la violencia, entre los cuales al menos siete han muerto. Entre los que se destacan:
Ciudad Belén: Dos niños, José García y Sergio Serrano de 9 y 10 años de edad respectivamente, fueron asesinados con heridas cortantes en el cuello y diferentes partes del cuerpo, al tratar de defender a una niña que fue interceptada por un violador que también es menor de edad.
Mene Mauroa: Dos infantes, Emmanuel García y José Granadillos de 9 y 13 años respectivamente, fueron estrangulados y desmembrados, presuntamente por el tío de una de las víctimas. Ocurrió en el estado Falcón, donde días antes una niña también murió producto de un arma de fuego.
Baruta: Luisa Victoria Arguinzones de 12 años de edad, prospecto del fútbol, murió tras ser impactada por un proyectil al quedar en la línea fuego durante un enfrentamiento entre delincuentes, en el hecho otra menor, de 3 años de edad, resultó herida.
Es preocupante que ningún vocero del gobierno se haya pronunciado sobre estos hechos, específicamente sobre las medidas que se tomarán para que estos hechos no vuelvan a ocurrir.
El único organismo que fijó posición ante estos hechos violentos, ha sido la Red por los Derechos de los Niños y Adolescentes mediante un comunicado que exhorta a la población a movilizarse y denunciar esta situación, así como a los distintos órganos del Estado a la implementación de un plan de violencia contra la niñez en la que participen múltiples sectores sociales.
El aumento de la violencia y por tanto, la violación de los derechos de los NNA va en aumento, según el último estudio de Cecodap: Somos Noticia 2010-2011, se registraron 4107 casos de niños, niñas y adolescentes víctimas de algún tipo de violencia, lo cual representa un 11% más que en el período anterior.
Así mismo el último Informe sobre la Situación de los Derechos Humanos en Venezuela 2012, realizado por Provea, dice que el 17% de las violaciones contra el derecho a la vida se perpetraron contra niños, niñas y adolescentes.
Para lograr la protección de los niños y el garantizarles una vida libre de violencia, es necesario que ya nadie sea indiferente ante ello.
Debemos comprender que no es un asunto privado, sino que es una tarea que nos compromete a todos y nos convoca de forma obligatoria, irrenunciable y legal, no sólo a la familia, sino también a la comunidad, a las instituciones, y los distintos órganos del Estado.
Siendo el Estado el que debe realizar el mayor aporte no por paternalismo, sino porque tiene la responsabilidad y la capacidad de ser promotor y activador de los cambios primordiales.
Por lo que hacemos un llamado a las autoridades del Estado, y especialmente al Sistema de Protección, a que se pronuncie ante la muerte de tantos niños y niñas en las últimas semanas.
Su silencio ante tales hechos da cuenta de un Estado no comprometido con la niñez y la adolescencia.
En sus manos está el promover los cambios necesarios en la sociedad venezolana, fortaleciendo el sistema de protección de niños, niñas y adolescentes para que cuente con recursos y personal especializado en manejo de violencia para evitar la discrecionalidad de los casos, la descoordinación e incluso la revictimización de los menores de edad que han sido abusados.
Vale la pena, invertir recursos, tiempo, organización y esfuerzos honestos en casi la mitad de la población conformada por niños, niñas y adolescentes, y no negarles las oportunidades que por derecho les pertenecen, para que así como dijo Luisa Pernalete las historias de tantos niños y adolescentes puedan cambiar y nazcan como flor de loto.