El artículo 4 de la Ley para la Simplificación de Trámites Administrativos reza: “La simplificación de los trámites administrativos tiene por objeto racionalizar las tramitaciones que realizan los particulares ante la Administración Pública; mejorar su eficacia, pertinencia y utilidad, a fin de lograr mayor celeridad y funcionalidad en las mismas; reducir los gastos operativos; obtener ahorros presupuestarios; cubrir insuficiencias de carácter fiscal y mejorar las relaciones de la Administración Pública con los ciudadanos”.
Para que el objeto de esta ley se materialice, necesariamente el Estado debe invertir en la capacitación digital del personal a cargo de facilitar las gestiones o diligencias administrativas realizadas por los ciudadanos.
Si de simplificar trámites se trata, el mejor aliado es la tecnología, pero la misma no sirve de nada si quien las utiliza no tiene los conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para que dichos procesos se lleven a cabo eficazmente.
En este sentido, en el rediseño de los trámites que se realicen en los distintos organismos públicos, no hay que perder de vista el principio de la accesibilidad. Me refiero a que deben estar pensados y diseñados para que todos o por lo menos la gran mayoría de los venezolanos y las venezolanas podamos aprovechar, contribuyendo así a una sociedad más cohesionada y democrática, de lo contrario se seguirán generando brechas y divisiones entre la población.
Asimismo, se debe aprovechar la tecnología para crear plataformas que hagan eficiente y transparente la gestión pública, con lo cual se estaría atacando desde este punto uno de los grandes males de la administración pública, la corrupción y por otra parte se haría un gran aporte a la alfabetización digital tan necesaria en este mundo globalizado.
Sabemos que las tecnologías vienen a facilitarnos la vida, por lo tanto, y siendo coherentes con esta premisa, la gente podría dedicar más tiempo a cohabitar, y no desperdiciar horas, días, meses y hasta años intentando resolver problemas cotidianos. Bastante tenemos con el tiempo que dedicamos a hacer colas para lograr adquirir alimentos y productos que actualmente escasean en el mercado.
Estos procesos serán simples y eficaces en la medida en que se pongan en práctica estrategias que faciliten el acceso a la tecnología hasta en los rincones más apartados del país, pero insisto en que no sólo es equipamiento, estas estrategias deben ir acompañadas de procesos de capacitación digital para que los resultados que se obtengan sean pertinentes, oportunos y útiles a la población.
Esperemos que haya la voluntad política para llevar a cabo la aplicación de esta ley y no sea más de lo mismo. El ciudadano Dante Rivas, quién fue asignado como autoridad única para dirigir este proceso, tiene una gran responsabilidad, ya que la aplicación de esta ley debe conducir a cambios importantes en un mediano plazo en cuanto a la facilitación de trámites administrativos en el país.