Por Néstor Cano
Juan Félix hizo de la piedra y la madera verdaderos vehículos de expresión y defendió hasta su muerte -en el silencio de las montañas merideñas- el uso de materiales naturales en las técnicas de construcción. Si estuviera vivo, no saldría de su asombro al ver las numerosas casas de plástico petrocasas- que ahora pueblan en lo alto, el entorno del municipio Rangel. Estaría presenciando cómo los criterios políticos se siguen imponiendo a costa de los recursos que le dan vida y atractivo a los páramos merideños: su patrimonio cultural, arquitectónico, sus montañas y su gente.
100 PETROCASAS EN EL PN SIERRA NEVADA Cuando pasa el blanco batallón neblinoso, queda al descubierto el daño al frágil ecosistema del páramo. Ya la neblina no lo puede ocultar. La herida a la piedra, a la madera, la destrucción, el irrespeto, el pasado desdibujado y el futuro incierto. Al parecer poca percepción existe del problema ambiental, urbanístico y el riesgo que genera la implantación de 19 viviendas de PVC (Policloruro de Vinilo), en áreas pobladas pertenecientes al «Parque Nacional Sierra Nevada» en el municipio Rangel. El proyecto es construir un centenar de petrocasas en el sector.
LA DISOCIACIÓN COMO PROPUESTA Sectores rurales como Los Aposentos, La Hoyada, El Tropicón, Micarache, El Royal, Mixteque y El Picadero, empiezan a sufrir el fenómeno que (Hernández, 2005) describió como «la disociación del hecho constructivo de la vivienda con el entorno». Es decir, las petrocasas no se adecúan a las necesidades y realidades del páramo y mucho menos tienen relación con la cultura cotidiana local, su historia, paisaje geográfico ni con los materiales y técnicas constructivas autóctonas del sector. Decía Roz (1998) «nada hay tanto en el mundo como piedras, sobre todo en el páramo». Qué sentido tiene transportar, para la construcción de viviendas, un material extraño y ajeno al páramo como el PVC que modifica potencialmente aspectos socio-económicos, socio-culturales y físico-ambientales. Nadie dice nada.
Poco a poco se destruye la fisonomía del páramo y se desdibuja y maltrata la hermosura del paisaje, la belleza de paraíso que rodea todo el lugar. La presencia de una petrocasa al lado de una vivienda tradicional andina genera una distorsión a la belleza escénica del paisaje.
EL RECEPTOR PASIVO Dada la condición asistencialista del proyecto, el beneficiario de esta vivienda se constituye en un receptor pasivo que prácticamente está ausente en todo el ciclo de vida del programa, pues según lo expresado por sus destinatarios no tenían información detallada del programa, no fueron consultadas sus expectativas y tampoco se les consultó su opinión sobre la pertinencia de este proyecto en el páramo.
Muchos no conocían las características de la vivienda que les otorgaría el gobierno local pero en la necesidad de un techo propio, todos agradecen tener «cuatro paredes y un techo».
DESINFORMACIÓN SOBRE EL PVC Algunos entrevistados manifestaron cierta preocupación por los posibles daños que pudiera ocasionarles, porque a manera de rumor las casas son «enfermizas». Hay ciertos temores, pero como no se perciben daños de manera inmediata, la opinión general de los entrevistados es favorable al programa. Aunque aseguran que no se les proporcionó información sobre el material constructivo.
El PVC mientras se fabrica emite dioxinas, durante su uso desprende el metal pesado que le da estabilidad, y cuando deja de usarse es de muy difícil degradación. En el caso venezolano el PVC contiene plomo en cantidades pequeñas, pero no despreciables si la exposición es crónica. Algunas viviendas se entregaron sin los acabados necesarios que permitieran su habitabilidad, por lo que sus habitantes taladraron el PVC y algunos han quemado sus desechos y en consecuencia es posible que se hayan expuesto a las dioxinas y al plomo.
EL MUNICIPIO RANGEL Los tres planes de Ordenamiento y Reglamento de Uso (PORU) estipulan que el municipio Rangel del PN Sierra Nevada es un área natural protegida cuya realidad ecológica es altamente frágil, y que debe conservar los paisajes naturales genuinos de la Región Andina con «los rasgos y tipologías arquitectónicas tradicionales y las formas o modos de vida caracterizados por sistemas de producción y técnicas de cultivos tradicionales, que aún prevalecen en los sitios poblados dentro del Parque Nacional».
A pesar de esto el proyecto de las petrocasas es promovido localmente por el Instituto Municipal de la Vivienda del municipio Rangel, del estado Mérida. Comenzó sin la permisología requerida por del Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente que ofició la autorización el 08/01/2010, para la construcción de 19 petrocasas en poblados pertenecientes al «Parque Nacional Sierra Nevada». Al diseño original se le hizo cambios para adaptarlo a la «tipologia arquitectónica tradicional».
14.02.11 Néstor Cano Tal Cual, Pag. 21