Por Africa Matute

Hablar sobre desarme se está volviendo algo cotidiano en nuestro país. La idea de la creación de una Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, nos ha traído a la realidad de que las armas constituyen factores agravantes de la violencia, son un problema para la sociedad, afectan el desarrollo y la vida de la gente y se encuentran presentes en nuestro día a día. Uno de los temas a reflexionar es que las armas están no sólo en el barrio como algunos creen, sino también en las urbanizaciones donde habitan las clases medias y altas. El desarme no es un tema de clases sociales. No es sólo en los barrios, ni son sólo los delincuentes los que poseen armas. También existe un gran número de personas profesionales, de clases altas habitantes de las urbanizaciones, que bajo la excusa de protegerse de la delincuencia, han decidido armarse, sin entender que esto no les da más seguridad sino que por el contrario las expone a ser víctimas atractivas de un posible robo del arma e incluso un homicidio.

 

Lo que piensan 

Por otra parte, el empezar a hablar sobre desarme también ha permitido ir evidenciando lo que piensan los diferentes actores públicos y qué intereses defienden pues ya se han manifestado varios personeros tanto de la oposición como del gobierno, a expresarse a favor o en contra de este proyecto. Ahora bien, ¿por qué hay algunos que están en contra? ¿A quién le perjudica el desarme? El desarme le perjudica principalmente a los dueños de los establecimientos de venta de armas y municiones, ya que para ellos es un negocio lucrativo, actuando muchas veces inescrupulosamente y sin importar el riesgo que esto le causa a la ciudadanía, al país entero. Básicamente se han lucrado a costa de vidas humanas, pues las armas no están hechas para otra cosa que para matar.

Militares y policías

Otro de los sectores que también se perjudican con el desarme son los funcionarios militares y policiales que actuando al margen de la ley, venden las armas y municiones ilegalmente, comportándose con vileza y deshonor a la Patria y causando un grave daño a las familias que pierden varios de sus miembros a causa de estas armas y municiones mercadeadas.

Asimismo, con el desarme se perjudica a los sectores reaccionarios de distintas tendencias políticas que promueven el armamentismo, a los que viven del tan usado ‘plomo al hampa’, a los que hablan de una política de seguridad que no es más que de violencia, sangre y fuego, y que no comprenden ni comprenderán nunca que la paz es el camino correcto, es el sendero que hay que buscar.

Todos estos actores se perjudican con el desarme. Ninguno de ellos hablará nunca a favor de la vida, de la paz, del desarme, porque tienen demasiados intereses en juego, tanto económicos como políticos; o que tal vez utilizarán un discurso hipócrita que oculte sus verdaderas agendas e intenciones. Es nuestro deber estar muy alertas, haciendo contraloría social, para que podamos discernir sobre la necesidad del desarme en Venezuela.

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