Aquellos que andan desesperados y piden a gritos que se haga algo para salir del régimen, porque supuestamente no se hace nada, son los mismos que por años han manipulado y obstaculizado toda política unitaria, sin querer entender que es por medio de la vía democrática que podemos recobrar nuestra democracia. Son los mismos que nos han hecho errar, una y otra vez, en las estrategias para enfrentar al régimen, con argumentos repetitivos, de que “la gente nos lo pide”, “es un clamor de la gente”. Expresiones como estas son las que nos han llevado a nuestros mayores fracasos, al dejarnos arrastrar por lo que supuestamente nos piden las “masas”.
No necesito recordar los innumerables desaciertos en los que hemos caído, casi todos por el desespero y la búsqueda de salidas rápidas, siempre minimizando la fortaleza del que hoy detenta el poder.
Creer que las cosas contra este régimen son fáciles es de lo más inocente o de lo más ingenuo. ¿O será complicidad?
Querer poner al lado la realidad, sí la que nos dice que un gran número de venezolanos basó su esperanza y su fe en el profeta de sabaneta. Que una y otra vez sin importar lo que sucede a su alrededor votan por una opción que les habla de igualdad y de la lucha para vencer la pobreza, siempre en aras de no perder la esperanza de algún día poder vivir mejor. Este es el sector al que tenemos que convencer, y no se convencen con marchas o llamados estridentes a paros, y menos con mensajes revanchistas y descalificadores.
La mejor acción que podemos emprender para seguir avanzando por la vía democrática es ganar las elecciones del 26S, y así demostrar que si podemos vender una esperanza, organizarnos para ello es lo primordial.
Debemos hacer a la vez, todo lo posible para impedir que algunos que rayan en el desespero no se les ocurra cometer la estupidez de darle algún motivo al caudillo para ubicarnos nuevamente en la acera de en frente de la democracia.
Profundizar el contacto con la ciudadanía en general es el objetivo a lograr. Cubrir todos los rincones del país, que no quede una mesa electoral sin la custodia de un venezolano ganado por y para la democracia, es el objetivo principal. Convirtamos este proceso electoral en el gran acontecimiento organizacional del pueblo venezolano, con mensajes que incluyan. Ya esta bueno de exclusiones.
Ni con marchas, ni con paros, ni con eventos histéricos vamos a evitar que el régimen siga avanzando en su política totalitaria y militarista (RCTV, Baduel, Ortega, Rosales, Globovisión, Zuloaga, etc.).
El régimen no se detiene, tal vez ponga en algunos momentos pausa en su andar, pero luego arremete y asume los costos políticos de sus acciones.
Por ello la salida al autoritarismo es más y mejor democracia, la que está de nuestro lado. Es angustiante lo que sucede, es cierto, pero ante el desespero mayor unidad y organización.
Todo esto debe ser explicado con contundencia a la opinión pública nacional, donde al parecer esta nuestra mayor debilidad. No comunicamos con la suficiente fuerza nuestras ideas y nuestros objetivos, y peor aún, no hemos sido capaces de vender nuestros triunfos, porque sí los ha habido.
También estoy convencido que un gran número de venezolanos está esperando el 26S para cobrársela, sigamos por la ruta electoral, es la que nos da mayor certeza.