Desde sus inicios, el gobierno que conduce el presidente Chávez mantiene un discurso a favor de los derechos sociales. Igualmente, desarrolla una serie de políticas y medidas que a la fecha arrojan resultados positivos tales como el descenso de los niveles de pobreza, la disminución de la exclusión en el sector educativo y un amplio proceso de reforma agraria. En otros campos tales como el derecho a la salud, seguridad social y vivienda mantiene un discurso progresista pero unos resultados lamentables. Tras once años de gobierno persiste la crisis que heredó en el sector salud, ha sido incapaz de cumplir las metas anuales de construcción de nuevas viviendas y de sustitución de viviendas precarias y mantiene con la población venezolana la deuda de construir un sistema integral de seguridad social. En ese tiempo, los diputados y diputadas que han desfilado por la Asamblea Nacional, en su mayoría militantes de los partidos de gobierno, han sido incapaces de promulgar la Ley Orgánica de Salud y la Ley de Pensiones y Jubilaciones.
En materia laboral la política es confusa pero con tendencia a ser contraria a los derechos de los trabajadores. Como aspectos positivos deben destacarse los esfuerzos por promover la mejora en las condiciones y medio ambiente de trabajo y el cumplimiento del incremento anual del salario mínimo. Como aspectos negativos sobresalen su política antisindical, el desprecio a la contratación colectiva en el sector público, la discriminación laboral por razones de orientación política y la alta inflación que afecta el salario real de los trabajadores y trabajadoras.
Algunas buenas políticas definidas en proyectos o plasmadas en leyes se quedaron en el camino o se desarrollan con enorme ineficacia. Entre ellas podemos referirnos al proceso de titularidad de la tierra urbana en los sectores populares; el rescate y reimpulso del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y varias políticas en el sector agrario tales como el proyecto Volver al Campo y los Fundos Zamoranos. Con esas características encajan algunas misiones prácticamente abandonadas, tales como la Misión Che Guevara, Misión Piar y Misión Niñas y Niños del Barrio.
En el campo internacional promovió durante varios años la Carta Social de las Américas, esfuerzo que abandonó progresivamente y suscribió el Protocolo de Derechos Económicos y Sociales del Pacto de San José pero abandonó el procedimiento internacional necesario para que tenga eficacia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
En definitiva, se constata falta de coherencia del gobierno en sus políticas para garantizar los derechos sociales, mucha improvisación en la definición de políticas y gran ineficacia en la ejecución de algunas de ellas. (Marino Alvarado, Tal Cual, 12.02.10)