Abortar en El Salvador cuesta 50 años de prisión

El Papa, durante su viaje a España no perdió la oportunidad de pronunciarse nuevamente contra el aborto, además de despotricar contra el matrimonio de personas del mismo sexo, ignorando la realidad, y el derecho del ser humano a su ciudadanía libre y no confesional . Reflexionar sobre la cotidianidad de la gente, cómo vive y cómo muere, e investigar desde una perspectiva humana despojada de los mandatos patriarcales que rigen el mundo de acuerdo a intereses seculares y de las propias creencias validándolas como las únicas y las verdaderas , es un buen ejercicio para ponerse en el lugar del otro/otra.

De momento podríamos ponernos en el lugar de las salvadoreñas: niñas, adolescentes y mujeres adultas. E n el año 2007, las autoridades salvadoreñas registraron 6.500 abortos, de los cuales un casi 30% fueron de niñas entre 10 y 18 años de edad. Mientras que en el 2008, se atendieron 6,856 casos de abortos, entre espontáneos y sépticos. Hubo 29 muertes maternas. Tenemos estadísticas desactualizadas, aunque lamentablemente la situación no ha mejorado.

La persecución comenzó en 1997, cuando la Asamblea modificó el Código Penal para eliminar la posibilidad de dispensar las sanciones penales cuando la vida de la mujer se encuentre en peligro, cuando el embarazo sea resultado de una violación, o cuando el feto padezca malformaciones severas y previsibles. Centenares de mujeres sospechosas de abortar, aún en el caso de que sus vidas sean puestas en peligro por un embarazo, son perseguidas por el sistema de justicia de este país centroamericano y deben vivir el infierno de la cárcel, condenadas al olvido y enterradas en la miseria.

«La mayoría son mujeres que viven en situación de pobreza. Si tienen una complicación en el momento del embarazo, no pueden acudir a un hospital privado. En las clínicas privadas, cuyo número se multiplicó por tres en diez años, se respeta el secreto profesional, no hay denuncias. Las mujeres que sufren de la ley anti-aborto son mujeres jóvenes con bajo nivel de instrucción. No tienen recursos para contratar defensoría legal. Son mujeres que han transitado literalmente del hospital a la cárcel. Nosotras, con la ayuda de abogadas/os, les ofrecemos la posibilidad de acceder a la justicia», explica Morena Herrera, integrante de la Colectiva de Mujeres por el Desarrollo Social

Perseguidas, pacientes criminales

Desde 1997, la ley no considera ningún tipo de permiso ni evalúa las condiciones sociales de las mujeres. La vida de un feto es antepuesto a la vida de la madre y al derecho de decidir sobre su cuerpo. Esta premisa cobra cada vez más víctimas en un país donde el sistema sanitario es deficiente y la violencia callejera tiene como blanco constante a las mujeres.

Un ejemplo de ello es María (nombre ficticio), quien con 18 años de edad fue violada por varios pandilleros en el barrio donde vivía. De esa violación quedó embarazada, y a los meses se detectó que había malformación y que no era un embarazo viable. La chica tuvo un aborto y los médicos que la atendieron avisaron a la fiscalía. Su delito fue juzgado, mientras que su violación nunca fue investigada. «En El Salvador, la legislación se aplica de manera oficial y oficiosa. Estamos frente a un tipo de «delitos» en que la fiscalía es bastante eficaz en la persecución de mujeres. Eso genera unas condiciones de miedo entre el personal hospitalario presionándolo para que renuncie al secreto profesional y denuncie los casos de aborto», agrega Herrera.

Interpretación de la ley

Si se acusa por aborto consentido y propio, son 8 años de cárcel. Lo que ocurre con esas mujeres es que la fiscalía cambia el motivo del delito. Al principio es delito por aborto y luego, por el hecho de no haber protegido la vida de su hijo, se transforma en homicidio. Cambian la calificación del delito y la acusan de homicidio agravado. Entonces la pena es entre 30 y 50 años.

Para el subdirector de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho, Abraham Ábrego, «lo que se evidencia es una inadecuada forma de investigación de la mayoría de casos. Hay una presión social por penalizar estos casos sin investigar adecuadamente».

DESPENALIZAR LAS CONCIENCIAS

El cambiar esta realidad que encierra a muchas mujeres en las cárceles no es un trabajo fácil. Así lo confirma Morena Herrera, quien explica que se ha presentado al Congreso de los Diputados de San Salvador un recurso de anticonstitucionalidad para avanzar en la lucha a favor de la despenalización del aborto.

También intentan sensibilizar a la población, promoviendo reflexiones sobre los fundamentalismos religiosos en la sociedad. Trabajan también con religiosas feministas para «despenalizar las conciencias» como decía la periodista cubana María López Vigíl. Entre las demandas de las mujeres organizadas figura la exigencia de la laicidad, desvinculación de la iglesia de los asuntos del Estado y la educación y la dotación de los hospitales y centros de salud de los distintos métodos anticonceptivos, incluida la anticoncepción de emergencia.

«Intentamos mantener una actitud, lo que no significa que no tengamos miedo. Pero solo por el miedo, no haríamos nada. Y sí, creo que hay un nivel de conciencia de la gente que es una ley injusta», concluye Morena Herrera. Fragmentos tomados Abortar en El Salvador cuesta 50 años de prisión, de la periodista venezolana Melisa Franco, enviada especial a El Salvador, Dos investigaciones , 2 libros

1 «La academia en sintonía de género… una discusión impostergable» de Marbella Camacaro Cuevas , constituye una compilación de artículos científicos realizados en diferentes áreas del conocimiento, sintonizados por el propósito de visibilizar los estudios de género, discusión que ha tenido una valoración tardía en los espacios universitarios, reconociendo el apoyo, cada vez más fuerte, por parte de nuestra Universidad de Carabobo. Dicha compilación une 6 universidades nacionales y una internacional.

2 «La obstetricia develada: otra mirada desde el género» , de la misma autora, confronta el modelo de atención médico-obstétrico hegemónico pautado en los centros hospitalarios, discusión vinculada con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la cual ocupa prioridad en la agenda de la salud pública Latinoamericana. Uno de los aspectos más importantes de las investigaciones de la autora, se refiere a la medicalización excesiva de un proceso: el embarazo, y un acto, el parto, de los cuales se ha venido cada vez más desposeyendo a las mujeres, privándolas de su capacidad de decidir y convirtiendo algo tan natural en una especie de enfermedad.

Según la filósofa Gloria Comesaña Santalices, refiriéndose al libro mencionado, señala que por primera vez en Venezuela “ tenemos acceso a un trabajo, desde la única perspectiva posible: La mirada feminista desde la metodología de género .Su autora reflexiona sobre la violencia obstétrica y muestra cómo el patriarcado ha interpretado la diferencia sexual, reduciendo a la mujer a su ser biológico”

Ambos libros vienen a significar la materialización de un trabajo sistemático que se ha venido realizando en la Unidad de Investigación y Estudios de Género «Bellacarla Jirón Camacaro» adscrita a la Facultad de Ciencias de la Salud, sede Aragua de la Universidad de Carabobo .

La presentación en Maracay de «La obstetricia develada: otra mirada desde el género» en la Universidad de Carabobo, Núcleo La Morita, el viernes 12 a las 9 am.

Para información, denuncias : llamar al
(O8OO-MUJERES) 0800-6853737

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Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora” Maracay
( Fundada en 1985)
Programa de Atención a mujeres en situación de violencia
De lunes a viernes de 8 a 12 y de 1 a 5 p.m.
CEDIAR -Centro de Documentación e Información Aída Arroyo.
Horario de Servicio: lunes a jueves de 1,30 a 5 pm -Funciona en la misma sede.
Directorio: Órgano Divulgativo de la Casa de la Mujer Juana Ramírez “La Avanzadora”. C/. López Aveledo Norte No. 11. Urb. Calicanto. Aptdo. de Correos 2031. Telefax. 0243- 2463796 Correo E: [email protected] . No. 748 Año XXII- 9-11-1o

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