Entre más leo lo de las llamadas estafas inmobiliarias, más me convenzo que en la actual etapa del capitalismo se le llame de maneta honesta o con una ingenuidad cómplice, salvaje o no, este ha establecido mecanismos perversos de reproducción de las ganancias, que no de riquezas reales, sobre la base de hechos mafiosos desde una vieja concepción moralista, donde lo que menos importa es aparentar honestidad, eficiencia y demás yerbas que nos enseñaron a algunos en excelentes colegios cristianos y a otros en no menos extraordinarias escuelas públicas. Si nos remontamos a la época de nuestras abuelas, cuando el manual de Carreño era la base de las “buenas costumbres”, mayor será la diferencia entre la educación formal con sus normas éticas y morales, y las actuaciones del capital, sea el estrictamente financiero o el intermediado por empresas, muy respetables todas, hasta que se la descubre “la hebra” por donde se les corre la costura.
Leemos que algunos señores muy señores, de esos que van a los Country Club y otros más selectos de aquí, Panamá o Miami, montaron desde hace décadas, lustros por lo menos como en el caso de la “empresa denominada MERCAINMUEBLES, C.A., unas trampas denominadas empresas inmobiliarias desde las cuales se inició un proceso continuo de daños abiertos a los adquirientes de derechos de inmuebles a ser construidos desde el año 1994, en otras palabras, 16 (DIECISEIS AÑOS)”(1) sin que se haya realizado las obras y que ahora deberán ser juzgados “procesados y castigados, respetando, por supuesto, todos sus derechos y el llamado debido proceso.” (2).
Para algunos, la raíz es producto de empresarios venezolanos inescrupulosos, mientras que para otros, entre los que nos contamos, es producto del norte del capitalismo, que “ordena” montar negocios, que entre más ganancias generen, más “don” hacen a sus dueños, quienes prevalecidos de las leyes burguesas aprobadas en el viejo Congreso Nacional o en la moderna Asamblea Nacional, o por el Congreso de los EEUU o sus similares en cualquier parte del mundo capitalista, a favor del poder del “dinero”, “se compran las agujas y los camellos y se olvidan de Jesús”, pues la justicia es colocada en su justo lugar de clase, en el de la protección del gran capital. Como en el caso de los “Bonos Basura”, detrás de esas compañías inmobiliarias y constructoras, están algunos de esos tan ponderados bancos o accionistas de capital nacional o multinacional.
¿Qué esos ricos compradores de agujas y camellos, vendieron dos y tres veces un mismo apartamento?, ¿Qué vendieron una, dos y tres veces viviendas donde ni siquiera eran dueños del terreno que mostraban como propio y que autoridades que veían las gigantescas vallas anunciando la urbanización, “jamás se dieron cuenta” de este detalle? ¡No fue acaso lo mismo con esos Bonos Basura, que fueron vendidos y re re re vendidos de Bancos a Bancos, de inversores tras inversores de todo tipo?.
¡Vamos, ¿cómo le vamos a pedir a los dirigentes de la Mesa Unitaria, que denuncien esos hecho?! ¡¿Es que perdimos la “chaveta”!? Si lo hacen ¿quién los va a financiar después, si es que no son ellos mismos los socios de esas urbanizadoras o empresas constructoras y entidades bancarias? ¿y los del gobierno, cómo es que no se dieron cuenta? … ¿Acaso somos de los ilusos que creen que el capitalismo puede retroceder a la época anterior del capital monopólico o mejor dicho anterior al génesis del capital? ¿No recordamos que los grandes capitales nacieron del pillaje, el genocidio y de las tracalerías más geniales donde en lo menos que se pensaba era en dotar de viviendas o alimentos sanos a las poblaciones?
¿Qué los capitalistas nacionales son unos inescrupulosos? Eso es cierto, pero también lo son las empresas petroleras con las cuales el gobierno del comandante Chávez ha llegado y con las que no ha llegado a tratos de explotación de la faja petrolífera del Orinoco, algunas de las cuales están acusadas a nivel internacional de ser estafadoras y destructoras del ambiente y allí están….
Pero ¿Qué tan inmorales son estos inversores inmobiliarios? ¿Acaso no son hechos a imagen y semejanza de su sistema capitalista? ¿Lo realizado por ellos, no es semejante a lo realizado por los accionistas de las .com en los EEUU hace más de una década, o lo realizado por los bancos norteamericanos y del mundo con los llamados Hedge Found o “Bonos Basura”? ¿No recuerdan que los muy señores banqueros ante la crisis del capital y en la búsqueda de la máxima ganancia, fabricaron unos bonos, para venderlos al mundo entero, integrados de tal manera que hasta los expertos “no podían dar testimonio verídico” de su valor real, que era hasta menor al 95% del precio por el cual eran vendidos? ¿No recordamos que esos bonos se los vendieron a centenares de miles de pequeños inversionistas, entre ellos fondos de jubilaciones, que al quebrar los bancos, quedaban también quebrados y con ello echados a la miseria todos esos inversores, fuesen o no jubilados?
¿De dónde viene la escuela de “estafar” a los clientes, a los trabajadores, a la pequeña burguesía con capacidad de ahorrar y de soñar con ascender en el escalafón social? ¿No son acaso los grandes capitales norteamericanos, europeos y asiáticos los grandes maestros de nuestros “pigmeos” empresarios inmobiliarios? ¿Pero quién amamanta, nutre de moral, ética y objetivos a cumplir a todos ellos, cortados por el mismo cuchillo? ¿No es acaso la moral y ética misma del sistema capitalista que comanda el mundo de los negocios fuera y dentro de nuestras fronteras patrias, con todas y las reformas que se le han hecho y las anunciadas, que no le han tocado un pelo de su esencia inhumana como sistema de relaciones sociales de explotación que está destruyendo el planeta, donde la obtención de la máxima ganancia es el principio y fin de su existencia y por lo tanto de quienes le defienden?
Me animan algunas de las críticas y denuncias realizadas por muchos, pues indican de que hay quienes sufren a las inmobiliarias (negocios) capitalistas y hay que apoyarles en su exigencia de justicia, aún a sabiendas de que el sistema de justicia venezolano, al igual que el que juzgó a los responsables de las .Com y de la crisis Hipotecaria de los “Bonos Basura”, actúan en esencia igual y que como víctimas, los dolidos, son capaces de pelear por su, nuestro derecho a una vivienda cómoda y decente.
Me animan las críticas moralistas, pero me da dolor ver como se olvidan de analizar el problema más allá de lo inmobiliario, pues sencillamente se quedan nadando en la superficie y pronto muy pronto “la moda inmobiliaria” pasará, así como pasó la de la estafa de la venta de carros, donde si no fuera porque uno de los grandes implicados le grita al gobierno del presidente Chávez desde los EEUU que sigue vivo y que viene por el desquite, nadie se acordaría puesto que la estafa de la venta de carros sigue igual o peor que cuando la campaña estaba en su apogeo. Las ensambladoras importadoras y los importadores independientes siguen comprando carros en el exterior a 5000 dólares y con tan solo traspasar la frontera terrestre o los puertos venezolanos, pues esos mismos vehículos pasan a costar el triple.
Si además de hacer las críticas, de pedir cárcel para los estafadores, entre ellos los banqueros financistas, no luchamos por la nacionalización o municipalización de todas las tierras y por la nacionalización de TODO el sistema bancario, SIN BURÓCRATAS PUESTOS A DEDO, y bajo verdadero control obrero y social Y sin indemnización, la estafa inmobiliaria y otras tantas que esperan su turno para animar la feria nacional, pues sencillamente pronto pasará de moda como con la venta de los carros, o con la llamada solución a la crisis hipotecaria internacional, donde sin salir de ella, se nos viene encima la crisis monetaria de los estados capitalistas, entre ellos el nuestro.
Es hora de que los dirigentes sindicales nos sentemos a discutir un plan de lucha que ponga sobre la mesa las soluciones de raíz del problema, impulsando medidas como las aquí planteadas que nos permitan acabar, pero en serio con este sistema capitalista y no solo denunciarlo o remozarlo, para que luzca como una vitrina de avenida comercial.
Vamos a unirnos y luchar juntos por el castigo a los culpables de las estafas inmobiliarias y la nacionalización de todas las tierras y bancos, SIN BURÓCRATAS, bajo verdadero control obrero y sin indemnización.
(1) La impunidad como ejercicio: Estafa inmobiliaria, de Justo Bustamante, de Fecha de publicación: 21/11/10 en Aporrea.org
(2) Los Domingos de Díaz Rangel; La estafa inmobiliaria , de Eleazar Díaz Rangel, de fecha de publicación: 21/11/10
(Ricardo Galíndez, El Topo Obrero, 29.11.10)