Los hechos arrojaron seis personas fallecidas y doce heridos, además de lesiones leves en tres familiares de los detenidos, que estaban en la visita dominical.

La directora de Servicios Penitenciarios, Consuelo Cerrada, aseguró que la situación ya está controlada. «Lamentamos la situación y hacemos un llamado a la población privada de libertad a no permitir el caos o descontrol en los centros penitenciarios del país». «Seguiremos trabajando y fortaleciendo el servicio penitenciario. Trataremos de evitar estas situaciones y de controlarlas cuando se presenten».

Los muertos respondían a los nombres de Frenger Yunex Barrios Vero de 22 años, visitante; Ricardo Alexis Guevara Dávila de 26 años; Johan Alfredo García Fuentes de 24 años; Ricardo José Marcano Leiva de 32 años; Jairan Hernández Calzadilla de 20 años; y un sexto sin identificar.

Los heridos: Daniela Edexi Díaz Olmedo de 18 años, visitante; Yulimar Rodríguez Rondón de 23 años; Iván Cartay Guillen de 26 años; Jumes Aaron Keros Leal de 27 años; Johnny José López de 31 años; José Antonio Carmona Martínez de 24 años y José Rodríguez.

Todos presentaron heridas por arma de fuego en diferentes partes del cuerpo, no fueron heridas por arma blanca, o sea, por chuzos, como se le conoce en este medio.

Es de hacer notar que este establecimiento tiene una capacidad instalada para 350 internos y en la actualidad hay más de 1.400, o sea, el hacinamiento sobrepasa los límites aceptables, lo triste son las palabras de la responsable de la vida de las personas privadas de libertad en nuestro país.

Los testimonios que se pudieron recoger fueron los siguientes: «yo entré al baño y justamente en ese momento se comenzó a escuchar la plomamentazón que duró como una hora, aunque a mí se me hizo toda una eternidad. Sólo alcancé a escuchar que uno del grupo de evangélicos le dijo a uno de los privados de libertad del pabellón dos que alguien lo buscaba, y cuando el chamo bajó lo mataron. Allí comenzó la venganza, y no les importó la presencia de los familiares».

Otros testimonios indican que la riña se generó porque la cónyuge de un preso exhibía ropa «provocativa», lo que suscitaría comentarios que no fueron del agrado de su esposo, quien quiso imponer respeto «a punta de plomo limpio, y luego los compañeros se fueron sumando. Todo fue una locura».

Otras personas coincidieron en señalar que la noche del sábado tuvo lugar una fiesta que incluyó la contratación de trabajadoras sexuales, «detonante de la riña que explotó ayer».

El año 2010 se ha presentado con una violencia superior a la del 2009, y sólo podemos recordar los 11 reclusos muertos en la planta en el mes de enero, después los 9 asesinados en la Cárcel de Yare, luego los 8 en Santa Ana, le siguieron los 35 heridos en el Coliseo de Uribana, y los del Internado de Mérida con una explosión de varias granadas.

Hemos solicitado a la fiscal general Luisa Ortega Díaz, que ordene una investigación inmediata, exhaustiva e imparcial del trágico suceso. Igualmente hizo del conocimiento del caso al relator de los derechos humanos de los privados de libertad en América Latina, Don Rodrigo Escobar Gil.

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