En la Cumbre del Milenio de Naciones Unidas, en septiembre de 2000, 189 países y 147 jefes de Estado y de gobierno, tras debatir sobre la terrible crisis económica que amenaza a nuestros pueblos y su impacto en las condiciones socioeconómicas, recogiendo por separado las angustias y propuestas de anteriores cumbres y conferencias de Naciones Unidas, asumieron el compromiso de mejorar la calidad de vida de los más pobres, aprobando los Objetivos de Desarrollo del Milenio, formado por 8 ambiciosos objetivos y 21 metas cuantificables con plazos que permitan evaluar y supervisar mediante 60 indicadores los progresos obtenidos, estableciendo como fecha límite para su logro el año 2015.
Estos objetivos son: 1) Erradicar la pobreza extrema y el hambre. 2) Lograr la enseñanza primaria universal. 3) Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. 4) Reducir la mortalidad Infantil. 5) Mejorar la salud materna. 6) Combatir el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades. 7) Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. 8) Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.
Como parte de una gira regional de supervisión, nuestro país tuvo la oportunidad de recibir al presidente del 64º período de la Asamblea General de la ONU, Alí Abdessalam Treki, quién vino a evaluar el cumplimiento en estos 10 años de las metas fijadas en nuestra República. Es importante resaltar que, pese a que todavía faltan 5 años para finalizar el plazo fijado, fueron muy positivas las valoraciones hechas por Treki, quien expresó: «Venezuela debe servir de modelo, de paradigma para los demás países debido a su empeño por alcanzar los objetivos del milenio».
Mientras que el residente del Sistema de la ONU en el país, Alfredo Missair, comparó el indicador de desarrollo humano de 2007 con el de 2009, precisando un sustancial incremento de 4 puntos, al resaltar la evolución positiva y el cumplimiento de las metas del milenio antes del tiempo estipulado, enunció: «Quiere decir que Venezuela pasó de ser un país de desarrollo medio a desarrollo alto».
Esto ratifica el amplio sentido social y el carácter eminentemente humanista de la revolución bolivariana y socialista, en consonancia con el irrenunciable compromiso de profundizar en su empeño por hacer realidad la profecía bolivariana de darle al pueblo la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política. Esto se materializa en el empeño de brindar a las venezolanas y los venezolanos un país más digno, con una calidad de vida más alta para toda la población, libre de analfabetismo, con educación, salud, vivienda, agua potable, acceso a servicios públicos y una sustancial reducción de las tasas de mortalidad infantil, superando así la pobreza extrema. Todo sin exclusión, haciendo especial énfasis en los más débiles, los niños y los ancianos.
Confirmado por el líder y timonel de la revolución bolivariana, comandante Chávez, quien al referirse a la valoración de Alí Abdessalam Treki, acotó: «En realidad lo que ha logrado nuestra patria es gracias al irrenunciable principio de anteponer siempre la comunidad a los individuos. Ello explica que, en tan poco tiempo, nuestro gobierno bolivariano ha logrado que Venezuela sea uno de los pocos países del mundo que han logrado cabalmente cumplir el compromiso de las metas del milenio, pese a que todavía faltan cinco años para que finalice el plazo fijado».
Pedro Carreño
Publicado en Aporrea
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