El mundo ha ido cambiando, con mayores posibilidades para la comunicación, especialmente con Internet, esa podría considerarse la buena noticia; la mala, y que va unida a la anterior, es que los gobiernos autoritarios también están aprendiendo, y rápido, para controlar el espacio digital.
Estamos en tiempos de cibercensura. Desde mi punto de vista, ese parece ser uno de los temas cruciales cuando se debate la libertad de expresión.
Ayer se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa y Expresión, y cuando se analiza el contexto internacional de este derecho resulta notorio el avance censurador llevado a Internet por diversos gobiernos. El signo característico de estos gobiernos es su falta de tolerancia a la crítica, su temor hacia el debate plural.
Tal como lo ha señalado Reporteros sin Fronteras, los gobiernos autoritarios alrededor del mundo ya no dejan espacios libres a las voces discordantes en el ciberespacio. Así, en este tiempo de cibercensura se apela a varios mecanismos: censura de contenidos políticos o sociales gracias a las últimas herramientas tecnológicas, arrestos e intimidaciones de netciudadanos, vigilancia omnipresente y fichaje destinados a poner en peligro el anonimato de los internautas.
Los gobiernos represivos han pasado a los hechos. Internet es la última frontera de la censura. Durante el año 2009 casi 60 países ejercieron algún tipo de censura de la web, una cifra que duplicó el registro de 2008.
Según Reporteros sin Fronteras, “la web 2.0 se enfrenta al control 2.0″.
Unos cuantos países, como Corea del Norte, Birmania o Turkmenistán, gracias a condiciones geográficas o culturales, pueden permitirse un aislamiento total de la red de Internet. La falta de desarrollo de la infraestructura les sirve de pretexto. Sin embargo, el mercado negro de las telecomunicaciones prospera, por ejemplo, en Cuba o en la frontera entre China y Corea del Norte.
En la actualidad, y por primera vez desde la creación de la Internet, cerca de 120 blogueros, internautas y ciberdisidentes se encuentran detrás de las rejas. Las mayores cárceles del mundo para los netciudadanos son China, que encabeza la lista con 72 detenidos, seguida de Vietnam e Irán.
Cada vez más gobiernos crean legislaciones represivas y empiezan a aplicarlas. Es el caso de Jordania, Kazajstán, Afganistán e Irak. La lista de los enemigos de la Internet establecida por Reporteros sin Fronteras reúne otra vez este año a los principales países que violan la libertad de expresión en la web: Arabia Saudita, Birmania, China, Corea del Norte, Cuba, Egipto, Irán, Uzbekistán, Siria, Túnez, Turkmenistán, Vietnam.
Algunos de estos países buscan impedir a toda costa que sus ciudadanos tengan acceso a Internet; en otros, los obstáculos técnicos y financieros se conjugan con el control de Estado y la existencia de un Intranet muy limitado; algunos optan por un filtrado masivo e incitan a sus internautas a la autocensura; mientras que naciones como China, Egipto, Túnez y Vietnam apuestan por una estrategia de desarrollo de infraestructura con un objetivo económico, pero controlando siempre de cerca el contenido político de lo que se difunde en Internet dentro de sus países, con mecanismos cada vez más sofisticados de filtrado de información. Entre nosotros, debería ser motivo de preocupación que varios de los principales enemigos de Internet son, según palabras del propio jefe del Estado, “socios estratégicos” de nuestro país