La dirigencia política del país tanto del Gran Polo Patriótico como quienes integran la Mesa de la Unidad Democrática tienen dos opciones en el  2016: cooperar para avanzar en la solución de graves problemas que afectan hoy a la población o alentar una confrontación estéril que agudice las dificultades existentes profundizando la miseria, desestabilizando las instituciones y creando condiciones para la violencia social y política. La mayoría de la población  quiere y exige, así lo indican las encuestas, que se trabaje para enfrentar los altos niveles de escasez, la inflación, la delincuencia y la corrupción. Ojalá escuchen la voz del pueblo.

Ahora bien, una adecuada solución a los problemas debe darse en el marco de la Constitución y la ley, respetando principios democráticos y protegiendo los sectores más vulnerables de la población. Requiere de consensos básicos sobre las políticas públicas y medidas a implementar.

Es fundamental por lo tanto que se apueste al diálogo. El presidente de la República Nicolás Maduro tiene la principal responsabilidad para que dicho diálogo se produzca. Como jefe del Estado y dirigente principal del Partido Socialista Unido de Venezuela su actitud facilitará o perjudicará ese diálogo. Si continúa como lo viene haciendo desde el 6D aupando la confrontación, sobre él recaerá la principal responsabilidad si el ambiente socio político se enrarece que impida consensos mínimos para definir y ejecutar políticas para salir de la actual crisis.

Los diputadas y diputados del oficialismo y de la oposición también tendrán una alta cuota de responsabilidad. Si el parlamento no se convierte en un escenario para debatir democráticamante los problemas del país y se transforma en un espacio solo de confrontación y para que una mayoría esta vez de la oposición aplaste nuevamente a la minoría del Gran Polo Patriótico, tendremos más de lo mismo. Habremos elegido unos parlamentarios que se ponen de nuevo a espaldas del país pensando poco en los intereses de la gente priorizando los intereses de partido.

Algunos anuncios que se realizan desde la MUD  causan preocupación. Dejar por fuera de la directiva de la Asamblea Nacional a la voz del chavismo es repetir lo que ellos mismos criticaron cuando la mayoría oficialista lo excluyó de la Directiva. Es imponer el autoritarismo de la mayoría. Es repetir la misma historia con distintos actores.

Asoman la posibilidad de aumentar el número de magistrados en el Tribunal Supremo de Justicia para cambiar la correlación de fuerzas, es decir, nombrar magistrados simpatizantes de la oposición con lo cual se ahondará la no independencia del poder judicial. Tal vez la MUD ganará en lo político pero el país perderá en lo institucional.

Desde la perspectiva de los derechos humanos no apoyaremos ninguna medida como esa que contribuye a profundizar los males del sistema de administración de justicia, ni ninguna medida que significa regresividad en el disfrutes de derechos o atajos inconstitucionales.

Apoyaremos y trabajaremos para que el diálogo político y social se produzca y para que el parlamento legisle para garantizar un mayor disfrute de derechos, combatir tanto la impunidad como la corrupción y  favorecer la independencia de los Poderes Públicos

Hay un ambiente de angustia en la familia venezolana y mucha incertidumbre sobre el 2016. La dirigencia política del país tiene la principal responsabilidad de generar esperanza, optimismo y favorecer cambios para mejorar el nivel de vida de la la población. Para ello será fundamental anteponer a los intereses de partido y personales, los intereses del país y su gente. La historia los juzgará.

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