La población de cada país está expuesta a graves consecuencias por la ocurrencia de fenómenos naturales: intensas lluvias, huracanes, terremotos entre otros. Se afirma constantemente que producto del cambio climático los desastres causados por acciones de la naturaleza han aumentado. Y el resultado es mayor tragedia. Por lo tanto, se han incrementado los riesgos no solo para los humanos sino también para la flora y la fauna con efectos negativos además para la economía y el desarrollo social.

Los gobiernos y los ciudadanos parecen haber tomado más conciencia de esta situación y en tal sentido se vienen adoptando convenciones internacionales, acuerdos, políticas y medidas. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático es un ejemplo.

La experiencia internacional ha demostrado que cuando un Estado actúa correctamente puede minimizar al máximo las consecuencias negativas de tales fenómenos. Educar a la población de manera masiva y constante sobre cómo actuar frente a un terremoto disminuye el número de víctimas. A ello también contribuye si se adoptan normas para que las construcciones cumplan exigencias básicas y se realiza una supervisión efectiva para que las cumplan.

En el deslave en el estado Vargas en 1999 quedó evidenciada la responsabilidad humana por haber realizado construcciones en el cause de ríos y porque las instituciones gubernamentales no habían embaulado  muchas quebradas. La tragedia causada por las lluvias el año pasado reafirmó esas deficiencias y errores. Las dos tragedias y otras en el país también han evidenciado que son los  pobres lo más afectados.

Un Estado responsable dispuesto a garantizar la vida y la integridad a sus habitantes asume políticas de corto, mediano y largo plazo para disminuir los factores de riesgo y por lo tanto las consecuencias de la acción de las fuerzas naturales.

En América latina, por ejemplo, hay países que han elaborado planes de largo plazo y creado instituciones para enfrentar el fenómeno del cambio climático. Planes para la adaptación y mitigación de riesgos. Se definen metas, se asignan presupuestos y designan responsabilidades a instituciones estableciendo mecanismos de coordinación. En el año 2000 Brasil creo el Foro para el Cambio Climático. Lo integran 12 ministros que diseñan y ejecutan políticas públicas. Tiene una base de datos sobre cambio climático, promueve procesos educativos en escuelas e incorpora al sector privado a colaborar en el proceso. Perú creo la Comisión Nacional de Cambio Climático integrada por instituciones de la administración central, de las regiones, representantes de la academia y de la sociedad civil. El Reino Unido promulgó en 2009 una Ley sobre Cambio Climático con metas precisas. Esas experiencias pueden ayudar al gobierno venezolano a mejorar las políticas frente al Cambio climático y salvar más vidas. La prevención es una obligación más en derechos humanos.

 

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